Los Duques de Sussex ya han develado dos secretos acerca de su hijo: su apariencia y su nombre.

Lo primero durante la presentación oficial a los medios, en un encuentro a puerta cerrada, que tuvo lugar en el castillo de Windsor, dos días después del nacimiento del pequeño, el lunes 6 de mayo, a las 5:26.

En el palacio estuvieron presentes un solo reportero, un fotógrafo, tres camarógrafos, el fotógrafo privado de la pareja y un fotógrafo de la oficina de prensa de la casa real.

Lo segundo ocurrió horas después, cuando revelaron que su nombre es Archie Harrison Mountbatten-Windsor. Todo está bien pensado, pues Archie es diminutivo de Archibald, del germánico ‘ercan’, y significa “genuino”, “valiente” o “audaz”, en tanto que Harrison es “hijo de Harry”.

El recién nacido es el octavo bisnieto de la reina Isabel, el cuarto nieto del príncipe Carlos de Inglaterra y el séptimo en la línea de sucesión al trono británico, luego de su abuelo, su tío Guillermo y sus tres hijos, y de su padre, el príncipe Harry. En cuanto al título que ostentará, se sabe que no será llamado príncipe, a menos que la reina así lo decida.

Al momento de su presentación, Meghan Markle aseguró: “Es mágico, es bastante asombroso. Me refiero a que tengo a los dos mejores hombres del mundo”. Y ante la pregunta de a quién se parece, respondió que “todavía estamos tratando de resolverlo”.

El niño, quien vino al mundo con un peso de 7 libras y 3 onzas, ha despertado la curiosidad de un pueblo que se pregunta si el bebé Sussex, como se lo conoce, tendrá o no doble nacionalidad. Esto depende de la decisión de sus padres.

Archie es automáticamente ciudadano británico, y para que también sea estadounidense, los duques deben informar de su nacimiento a un consulado de ese país para que obtenga la nacionalidad americana.

La felicidad que el pequeño ha traído al hogar se refleja claramente en las palabras del príncipe Harry, quien aseguró: “Es genial. Criar a tus hijos es increíble. Apenas han pasado dos días y medio, tres días, pero estamos encantados de tener a nuestro pequeña fuente de alegría”.