La ola de inseguridad y violencia que azota a Esmeraldas tiene repercusiones en la actividad comercial y en la jornada laboral de los habitantes de la capital provincial.

Pocos son los comerciantes que han abierto las puertas de sus negocios, la mañana de este 20 de octubre de 2022, después de las amenazas de enfrentamientos entre bandas que los hizo cerrar temprano la tarde del pasado miércoles, mientras se realizaba el sepelio de dos supuestos miembros de una banda organizada que opera en esta ciudad.

Juan Anchundia estaba afuera su local de venta de ropa en pleno casco comercial de Esmeraldas, indeciso sobre si abrir o no. A su teléfono y al de sus colegas comerciantes llegaron mensajes alertando sobre posibles saqueos.

La Alcaldía de Esmeraldas, por ejemplo, dispuso que su personal trabaje el miércoles hasta las 14:00 y la mañana de este jueves los empleados esperaban una nueva resolución del área de talento humano. Otras instituciones públicas también han optado por reducir la jornada laboral de sus empleados.

La asistencia a clases también ha sido irregular esta mañana en los centros educativos de la ciudad. Ernesto Camacho decidió no enviar a sus dos hijas a la escuela hasta que pase un poco el ambiente de inseguridad y peligro que se vive en Esmeraldas. “No podemos estar tranquilos en nuestros trabajos sabiendo que algo le puede pasar a nuestros hijos”, dijo el hombre de 38 años.

Mientras tanto, policías y militares continúan en las calles, principalmente en la zona comercial de Esmeraldas, tratando de devolverle la tranquilidad a los dueños de negocios y a los compradores.