Los habitantes de la ciudadela Albatros, norte de la ciudad, dicen estar preocupados porque los callejones lucen solitarios y descuidados, lo que origina insalubridad e inseguridad en la zona.

“Allí hay árboles con ramas crecidas que son utilizadas por indigentes para esconderse. Este problema ya lo conocen las autoridades, pero no han hecho nada”, menciona Magaly Méndez, quien habita en la calle Pelíkano este.

El temor se apodera de los vecinos, ya que el alumbrado público es poco intenso en el sitio y además deben sortear una serie de obstáculos que los mendigos dejan en el callejón, tales como cartones que sirven de cama, ropa vieja, comida en mal estado, basura y hasta heces. 

“Estos sitios se han convertido en habitaciones de indigentes, en basureros y letrinas. Ya no se puede vivir con tranquilidad”, lamenta Yadira Beltrán, quien desde hace 20 años habita en Albatros, a pocos metros del Cuartel de la Policía, y todos los días tiene que caminar, junto a sus dos hijos, por uno de los callejones para llegar de su trabajo a su casa.

A través de este diario, los residentes pidieron a las autoridades del Municipio y de la Policía que ejecuten acciones para erradicar este problema.