El COVID-19 se llevó la vida de uno de los máximos dirigentes de la transportación terrestre, José Zapata Mantilla, quien fue despedido a lo grande por cientos de conductores y decenas de transportes que lo acompañaron en su arribo a la ciudad de Quevedo, provincia de Los Ríos.

Su sepelio se realizó el jueves 21 de enero, en el cementerio ubicado en la parroquia La Esperanza, donde sus panas del volante lo lloraron por su inesperada partida.

El cofre de Zapata llegó embalado y así fue velado en la ciudadela Los Choferes, donde sus familiares y amigos se sentían consternados. A pesar de que se tenía que cumplir con medidas de bioseguridad, muchos no dejaron pasar en alto su último adiós.

El exgobernador de Los Ríos, Camilo Salinas, dijo sentir un nudo en la garganta al recordar las palabras que le manifestó días antes cuando le pidió que no lo abandone.

Añadió que hizo todo lo posible para ayudarlo y hasta consiguió las pintas de sangre que necesitaba, pero sus esfuerzos fueron en vano.

Los conductores de la flota Bolívar, donde era socio, expresaron que Zapata siempre luchó por sacarlos adelante y estaba atento en las leyes de beneficios para ellos.