Madrugada de susto, incertidumbre y nerviosismo. Eso generó los dos sacudones que ocasionaron los movimientos telúricos que se registraron la madrugada de este viernes 22 de julio, en la provincia de Manabí.

Los sismos de magnitud 5.0 y 4.7 con epicentro en Jaramijó, desbloquearon los traumas que tienen los manabitas de cara a esta clases de situaciones por lo vivido con el terremoto del 16 de abril.

Varias familias enteras tuvieron que salir de sus viviendas y encontraron en las calles lugares que consideraron más seguros. El segundo sismo, que ocurrió 40 minutos después del primero, agarró a los asustados ciudadanos en las veredas dialogando.

El gobernador de Manabí, Juan Francisco Núñez, indicó que se inspeccionaban los territorios en ayuda con los jefes políticos. Al menos ,el primer informe preliminar refería de la no existencias de daños. Esto mismo difundió el Centro de Monitoreo de Manta.

Por su parte Simetrio Calderón, alcalde de Jaramijó, realizó un recorrido por el territorio y se descartó existencia de daños o víctimas.