El enigma sigue latente en la tumba de Johnny Pacheco. Y es que hoy, que se cumplen dos años de la muerte de uno de los más grandes referentes de la salsa a nivel mundial, el epitafio que adorna la lápida del compositor, arreglista, director y productor dominicano continúa siendo una de sus más vibrantes composiciones. Breve, pero excitante.

En la lápida negra de su tumba, ubicada en el Woodlawn Cementery del Bronx (EE. UU.) a 20 metros del mausoleo de Celia Cruz y Pedro Knight, al final resalta la frase "Aquí se encuentra Johnny Pacheco en contra de su voluntad".

Y es que Pacheco fue siempre bromista y había repetido en algunas ocasiones que esa era la frase que quería se pusiera en su tumba.

Incluso el día de su sepelio hace dos años, su esposa, Cuqui Pacheco, destacó tuvo "la dicha de poder estar con él, y hablarle, y besarle; pedirle que no se fuera de mi lado, que me cuidara, que me guiara en todo esto y me dejara saber qué era lo que él quería, y creo que todo ha quedado muy lindo”. Eso incluía el peculiar mensaje que,  hasta antes de su muerte, le dijo a su amada que quería quedara grabado en su lápida.

Nacido en 1935 en Santiago de Los Caballeros, en República Dominicana, a Pacheco se lo reconoce como el creador del concepto 'salsa', como la palabra que logró aglutinar a una serie de ritmos que, con ligeras diferencias, iban por un mismo camino, como el son, la guaracha, el guaguancó y otras. 

Eso permitió su impulso comercial por el mundo entero, empezando por el mercado latino de los Estados Unidos, que en la época de los 70 se rindió a este concepto musical.

También impulsó a destacadas figuras de este género musical como: Héctor Lavoe, Cheo Feliciano, Tito Puente, Celia Cruz, Rubén Blades, Willie Colón, Bobby Valentín, Larry Harlow, Ray Barretto, entre otros que posteriormente hicieron parte de la Fania All Stars, una agrupación que se convirtió en toda una institución musical y de la que Johnny Pacheco fue, por supuesto, su director.

sobre el escenario, además, era todo un  show con su flauta, por lo que un dibujo de un flautista también forma parte de su lápida, en la que su epitafio sigue recordándole al mundo que el Johnny Pacheco hombre de carne y hueso se extinguió, pero el Johnny Pacheco que ayudó a hacer de la salsa el ritmo musical que hoy es sigue vivo en cada son.