A Bryan Benett le cambió la vida. No puede usar su mano izquierda porque un hombre se la ‘voló’ por no pagarle 10 dólares. Sus días transcurrirán entre ejercicios, rehabilitaciones y nuevos hábitos alimenticios, pues a pesar de la desgracia, los médicos del hospital Pablo Arturo Suárez lograron reimplantársela.

EXTRA lo visitó en la habitación donde convalece y cuenta del milagro que rara vez pasa en los quirófanos de un hospital público. Todo sucedió el 6 de octubre, fecha en la que debía cobrarle una deuda a un venezolano.

Benett trabajaba en el área de encomiendas de la terminal de Carcelén, norte de Quito. Hizo una pausa a su labor y fue a donde el extranjero para recordarle sobre los 10 dólares que le debía el tipo. En ese momento el agresor aceptó cancelar.

Anocheció. Benett fue nuevamente hasta donde su ‘pana’, pero las cosas cambiaron. “Parece que me guardaba cierto rencor porque una prima de él me paraba ‘bola’, pero como tengo mi pareja no la tomé en cuenta”, narra.

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El hombre, de 30 años, cree que ese antecedente sirvió de excusa al venezolano para decirle que no había conseguido plata. Entonces sacó las ‘garras’. “Me dijo que por esa plata hasta nos podíamos matar”, recuerda.

Luego le lanzó un puñetazo y lo insultó. El perjudicado se indignó y aplicó sus conocimientos en kickboxing para responderle. Cuando parecía que todo se había calmado y Benett se iba para su casa, en Catzuquí de Velasco, también en el norte, vio que el ‘chamo’ se acercaba violentamente con lo que –a lo lejos – parecía un palo.

“Para defenderme rompí el cemento de una tapa de alcantarilla y le lancé un pedazo a la cabeza”. Ensangrentado, el sujeto corrió más rápido hacia Benett y relució el machetote. El primer golpe fue directo a la mano izquierda que quedó desprendida de un tajo. “¡Mi mano!”, gritaba el herido cuando el ‘chamo’ le cortó dos veces el hombro izquierdo.

Sosteniendo la mano que colgaba solo con la piel del brazo corrió a pedir ayuda a la terminal.

“Afortunadamente lo trajeron dentro de las seis horas límite que tiene una persona para salvar su extremidad en estas circunstancias”, dice Sara Sánchez, traumatóloga y cirujana de mano, quien atendió el caso.

La cirugía fue muy compleja. A decir de Sánchez, este tipo de reimplantes son poco comunes en el Ecuador, por lo que el caso se considera todo un éxito. Ahora, Benett tiene que usar su otra mano para rehabilitarse. Según la doctora Sánchez, él debe cambiar hábitos como dejar de fumar, porque pueden comprometer el flujo sanguíneo.

“Va a tener su mano funcional, hará todas las actividades como peinarse, comer, agarrar objetos, pero la secuela puede ser una pérdida de movilidad parcial”, asegura. Por ahora, el paciente estará cerca de una semana más en el hospital y luego le darán de alta. Dice que el agresor no ha sido detenido, pero no teme topárselo en la calle. 

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