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En La Tola se la tienen jurada a la Chimuela

La colombiana, implicada en la muerte de un vecino, mantiene aterrorizado al barrio del centro de Quito. Es chiquita, pero peligrosa. La Policía ha hecho cuatro allanamientos, pero no asoma.

Crimen-LaTola-Quito
Allegados de la víctima continúan consternados por el crimen que ocurrió en el sector de La Tola, en el centro de Quito.RENÉ FRAGA / EXTRA

Nadie sabe el nombre de la colombiana. Pero, al escuchar de ella, los vecinos del barrio La Tola, en el Centro Histórico de Quito, tiemblan. Cierran las ventanas. Miran hacia otro lado. Se niegan a dar detalles de esa mujer delgada y bajita que la mañana del sábado 8 de octubre le quitó la vida a Aníbal Cifuentes, un estibador del Mercado Central.

Ocurrió en una esquina. Justo donde se unen las calles Calixto y Chile. “Pensé que estaban jugando. Ella lo empujó. Galán (como conocían en ese sector a Cifuentes) se tambaleó un rato y cayó en la vereda. La colombiana lo había apuñalado en el corazón”, narra un residente que prefiere no revelar su nombre.

Tiene miedo de que la ‘colorada’ vuelva y tome venganza. Solían verla en unas gradas que unen ese barrio con La Marín. “Ahí se drogaba”, agrega.

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Desde que ocurrió el crimen, nadie la ha visto. Parece que se la tragó la tierra, aseguran. “Pero así es mejor”, dice Paco (nombre protegido), un allegado de la víctima. Si los ‘panas’ de Galán la ven, no se la perdonan.

Hace un par de meses, la colombiana -también conocida como Chimuela- llegó a La Tola. “Es patucha, flaca. Tendrá unos 25 años, pero la droga la tiene acabada. Parece de más. En el hombro derecho tiene unos tatuajes. Siempre anda armada con cuchillo. Es belicosa”, describe un vecino.

No tiene idea del pasado de la mujer. Pero le da un consejo al equipo de EXTRA. “Es mejor no meterse con ella”.

EN JAQUE

La talla y contextura de la colombiana engaña a quien la ve. Sin embargo, ella puso en ‘jaque’ a los residentes del barrio y a los uniformados que continúan buscándola.

La noche del sábado 8 de octubre hicieron cuatro allanamientos (en el centro y sur de la ciudad), pero no dieron con su paradero. En el informe de las unidades especiales de la Policía consta que la motivación del crimen fue una riña.

Minutos antes de que Galán muriera, la extranjera se enfrentó a una tercera persona. La víctima se interpuso y salió ‘mal parada’. La mujer le encajó su ‘matachanchos’ en el centro del pecho.

Galán tenía dos antecedentes penales por robo, que datan de la década del 90. “Ya se había tranquilizado y hasta regenerado. Lo malo es que le hacía duro al trago”, concluye una residente.