Luego de un par de copas todo fluye. La pareja se relaja. “Se adoba” para el momento íntimo, así dice el urólogo y sexólogo César Merino, especializado en Bélgica y Estados Unidos. El especialista asegura que “el champán y el vino tinto son afrodisiacos que benefician al sexo, porque ayudan a traspasar barreras y se ocultan las inseguridades. Es por eso que al alcohol se lo conoce como ‘baja calzón’”.

Sin embargo, esta droga social tiene el riesgo de convertir una noche de pasión en un tropezón frustrado. “Todo depende de la cantidad y de la frecuencia con la que se bebe. Por ejemplo, un hombre que bebe siempre licor no tendrá una erección. Puede tener las ganas, pero su ‘amiguito’ no le funciona”, resalta el médico Miguel Salamea Arévalo, ginecólogo con más de 40 años de experiencia.

En síntesis: El alcohol no es un enemigo, el exceso sí.

CÓMO AFECTA

Hombres

- Falta de erección por la disminución de riego sanguíneo en el pene.

- Retraso de la eyaculación. Le costará llegar al orgasmo. Algunos lo tomarán como un beneficio, pero el mejor sexo no es el que más dura. Se busca satisfacción.

Mujeres

- Falta de lubricación.

- Retrasa el orgasmo. - Disminuye la capacidad de percibir las sensaciones placenteras.

LAS CLAVES

El consumo moderado te relaja y hace que te sientas más seguro en la cama.

El exceso es posible que te haga olvidar de lo que hiciste la noche anterior. Te puede exponer a enfermedades transmitidas por las relaciones sexuales.

PARA SABER

El alcohol afecta directamente al sistema nervioso central, que es el encargado de transformar los estímulos sexuales que se reciben en torno a la excitación. Todo en exceso es malo.