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Buena Vida

Les Luthiers: La elegancia del humor

La agrupación humorística realizó presentaciones en Guayaquil y Quito. Con la obra Viejos Hazmerreíres, que recoge varios sketches de sus 52 años de trayectoria, se llevaron los aplausos del público en las dos ciudades.

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Parte del elenco de Les Luthiers. La agrupación humorística argentina se presentó en Guayaquil y Quito.Daniela Moina / Extra

Los integrantes de Les Luthiers deleitaron al público ecuatoriano con dos presentaciones: una en Guayaquil, el 23 de enero; la otra, en Quito, tuvo lugar el 26. Conformada por Marcos Mundstock, Carlos López, Jorge Maronna, Martín O’Connor, Horacio ‘Tato’ Turano y Tomás Mayer-Wolf, la agrupación se llevó los aplausos de pie de los espectadores.

En la obra Viejos Hazmerreíres, que recoge varios sketches de sus 52 años de trayectoria, el conjunto argentino combina el humor y la música, esta última ejecutada con instrumentos no convencionales como tapas de inodoros, duchas y ollas.

Las historias se entretejen en medio del programa Radio Tertulia, en el que dos locutores interactúan entre el sarcasmo, los malos entendidos y bromas finamente estructuradas.

Los clásicos como La Cumbia Epistemológica, Quién mató a Tom McCoffee y Amor a Primera vista fueron las más aclamadas. La actuación de los seis hombres, en diferentes personajes y situaciones, se conjugó con las interpretaciones vocales en un show que duró aproximadamente dos horas.

Gerardo Masana fundó el grupo en 1967 en Buenos Aires, Argentina, durante un periodo auge de los coros universitarios en ese país, con algunos miembros del coro clásico universitario Musicisti.

En sus primeros años eran un septeto. Pasaron a ser un sexteto tras la muerte de Masana, en 1973, y un quinteto al marchar Ernesto Acher, en 1986.

Precisamente, la formación más duradera de Les Luthiers fue la de quinteto, con Carlos López Puccio, Carlos Núñez Cortés, Jorge Maronna, Marcos Mundstock y Daniel Rabinovich, esta última alineación se mantuvo durante 29 años hasta el fallecimiento de Rabinovich en 2015.

La innovación a partir de las historias, textos y partituras —que se han convertido en clásicos— hacen de la de Les Luthiers una propuesta sin fecha de vencimiento.