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Buena Vida

Valentina De Abreu: “Quiero quedarme en Ecuador”

La joven actriz y modelo venezolana fue descubierta por Ecuavisa, gracias a una foto que su tío subió a su cuenta de Instagram.

Foto de Sistema Granasa
La joven actriz y modelo venezolana fue descubierta por Ecuavisa, gracias a una foto que su tío subió a su cuenta de Instagram.

Su nombre significa valiente y es así como ella se define, pues con apenas 20 años, Valentina De Abreu tuvo que dejar a su familia y sus raíces venezolanas, para lanzarse a la aventura de residir en un país con gente y costumbres extrañas. Y no se arrepiente de ello. Al contrario de otros compatriotas, la joven actriz, rubia y de ojos azules gracias a su ascendencia portuguesa, “cruzó el charco” en avión y con trabajo fijo, integrándose al staff de la serie ‘3 Familias’, de Ecuavisa, donde personifica a La Chama. Hubo momentos de la entrevista con DOMINGUERO, en que dejó aflorar su frustración y tristeza, al punto de las lágrimas, por todo lo que pasan sus compatriotas tanto dentro como fuera de su país. De hecho, su papel en la serie es el reflejo de esa situación.

¿Qué hace una joven con apenas 20 años fuera de su país y lejos de su familia?

Estoy persiguiendo mis sueños y estoy feliz con esta oportunidad que se me está brindando, porque nadie logra emigrar para hacer lo que hace en Venezuela. Yo estoy superfeliz de haber dado este paso tan grande en mi vida, porque esta experiencia me va a permitir crecer personal y profesionalmente.

¿Cómo se dio tu llegada a Guayaquil?

Sabes que Ecuavisa, específicamente la producción de ‘3 Familias’, tenía tres meses buscando a La Chama, que es el personaje que yo hago y por una foto en Instagram que publicó mi tío Ángel Ramos, un fotógrafo reconocido en Venezuela, vieron que yo tenía las características y cuando se contactaron con él, le pidieron fotos tipo castings de mí y el currículum. Se lo enviamos, vieron que tenía experiencia en modelaje, actuación, que había hecho novelas, full teatro, que daba clases de teatro a niños y dijeron, “¡wow, esta es!”, pero igual querían verme en acción.

¿Te escogieron de inmediato?

Me mandaron dos escenas y mi tío me grabó con una camarita fuera de mi casa, fue algo improvisado, lo enviamos y al día siguiente me dijeron eres tú, te necesitamos aquí en Ecuador y en enero 20 estuve en Guayaquil.

¿No te resultó fuerte el choque con la gente de aquí y su cultura?

Ha sido increíble. Me parece que la mayoría de los ecuatorianos son supercálidos, siempre han hecho que me sienta cómoda, como en familia. Y eso es algo superbonito porque no me he sentido sola ni un solo minuto, porque todas las personas que se han cruzado en mi camino han sido maravillosas. En ‘3 Familias’ somos una gran familia.

¿A qué te dedicabas en Venezuela?

Siempre he estado ligada a las artes, a la TV, al teatro, incluso mi primer trabajo fue a los diez meses de nacida. Allá estaba haciendo microteatro, daba clases de actuación y tenía un programa donde era la animadora principal, era un espacio infanto juvenil y cuando me dieron esta noticia yo no podía creerlo, no lo pensé dos veces, tuve que renunciar a todo. Estoy feliz por la oportunidad que se presentó y no lo podía dejar pasar, pero no es fácil dejar tu vida, tus proyectos, tu familia, tu perro, tu cama, la tierra que te vio crecer, pero bueno... estoy muy feliz.

¿Has pensado alejarte un tiempo de tu país, hasta ver qué pasa con la situación politíco-social y quedarte aquí?

Sí, bueno, como lo acabas de comentar para nadie es un secreto lo que pasa en Venezuela y sí, realmente nunca me imaginé Ecuador para vivir, pero ahora que lo conozco me encanta y sí quiero quedarme acá más tiempo de lo estipulado, porque mi contrato con Ecuavisa es hasta octubre. Me dije que me regresaba y si me salía otro proyecto volvería, pero no, me gusta este país y tengo pensado quedarme. He empezado a tocar puertas y rogando que me salga otro proyecto después de ‘3 Familias’.

Además del perro, ¿dejaste a alguien allá?

(Risas) No, no. Lo que pasa es que es complicado, porque cuando tienes un ritmo de trabajo como el mío, se complica tener una relación. Siempre estaba superocupada, en la U, en el canal, corre por acá con funciones, ensayos, es algo superdifícil. Además, ahorita en Venezuela, todo en la vida es como relativo, si de repente tengo una relación no sé si al día siguiente él o yo se vaya del país. Prefiero enfocarme en mis metas y trabajo.

¿Qué es lo más difícil de estar aquí? Porque no todo es bonito.

Bueno, una de las cosas más difíciles es poder comunicarme con respecto a la comida (risas). A veces digo que quiero patilla (sandía), aunque todos hablemos español varía mucho el lenguaje. Otra cosa difícil es independizarme, porque obviamente he sido dependiente de mi mamá toda mi vida y ahora tener que salir del nido, crear mi propio camino es rudo, difícil. Extraño demasiado a mi mamá, a mis hermanos.

Háblame de la frustración que sentiste la primera vez que entraste a un supermercado de aquí.

(Sus ojos brillan) Es muy triste, porque lo que debería ser normal es algo que nosotros allá no lo podemos vivir, es realmente triste y frustrante ver tantas marcas de desodorante y lavaplatos, y que en Venezuela no se consigue, y cuando se lo hace, uno cuesta un ojo de la cara. Es super supertriste que los venezolanos no podamos vivir cuando se supone que es lo normal.

¿Eres ahorrativa?

Eso es algo que se me ha hecho difícil, tengo que correr con todos mis gastos. Soy una persona que gasta mucho, si me gusta algo lo compro, si quiero comer un cebiche me lo como...

Si quieres darte un gusto te lo das.

Sí, pero he tratado de evitarlo y de poner los pies sobre la tierra y entender que necesito ahorrar porque quiero quedarme aquí, por eso a veces prefiero cocinar en mi casa, o cuando quiero comprarme un par de zapatos me digo que tengo otros en la casa, y así. He tratado de ser juiciosa y he querido ahorrar porque no sé en qué momento cambiará el panorama.

Crees que lo tuyo fue cuestión de suerte o de fe, que sin formar parte de ese éxodo que cruzó la frontera a pie, tú lo hiciste en avión y con trabajo.

Ecuavisa me trajo. Fue la unión de muchas cosas. Tengo un gran amigo muy importante en mi vida que siempre me dijo que para llegar al éxito se necesita que dos factores se encuentren, estar preparado y que te llegue la oportunidad, porque si te llega la oportunidad y no estás preparado, fracasaste y si estás preparado y nunca te llega la oportunidad tampoco llegarás al éxito. Creo que me he enfocado toda mi vida en prepararme que cuando me llegó la oportunidad fue perfecto. Pienso que en esto tuvo algo que ver la suerte. Siempre le pido a Dios y le agradezco por todo lo que estoy viviendo y por las oportunidades que se me están presentando.

Cuando ves a los venezolanos en la calle vendiendo jugo, de meseros, te les acercas, les hablas, ¿te reconocen tal vez?

Lo que pasa es que desde que salió la serie no he grabado en el semáforo y no he tenido esa proximidad con ellos después de estar en pantalla, pero anteriormente sí lo hacía. Me decían que estaban superorgullosos de que una paisana los estuviese representando a nivel internacional, de cierta manera soy vocera de lo que está pasando en Venezuela y ellos están muy felices por eso, superorgullosos.

¿Cuáles son esos recuerdos de Venezuela que te acompañan?

En la sala de mi casa tengo fotos de mi familia, la gorra de Venezuela que la traje para el personaje, cartas y dibujos de los fans de Venezuela.

Y tus fans de aquí. ¿Ya los tienes?

Aunque soy extranjera los ecuatorianos son más fieles como fans, son superapasionados, están pendientes de ti. Allá tenía dos clubes de fans y acá ¡tengo 8!, y me encanta porque son muy receptivos conmigo. No todos los comentarios son buenos, pero el 90 % es chévere, me hacen saber que mi trabajo les está gustando. Hay venezolanos que se identifican con mi personaje y me agradecen por eso. Me siento agradecida con Dios y con el universo, porque es el primer personaje que habla de la situación de Venezuela.