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Pareja y plata: juntos, pero separados

Sin acuerdos, la cuestión económica puede desembocar en una ruptura sentimental, según expertos. Debe evitar caer en la “infidelidad financiera” que consiste en ocultarte los ingresos o gastos a la pareja

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Según la Asociación Americana de Psicología, las discusiones por dinero tienden a ser más intensas y con una alta probabilidad de no llegar a una solución.Pexels

Luego de la miel ocasionada por los primeros días del matrimonio surgen los primeros gastos en pareja; el servicio de la luz, el alquiler de la casa o la lámpara nueva que quieren comprar para la recámara de ambos.

Y son estas situaciones que ocasionan la pregunta, ¿cuentas juntas o separadas?

La manera en que serán manejadas las finanzas no es un tema banal. De hecho, según estudios como el de la Universidad de Kansas, el factor económico es el causante del 30 % de los divorcios. Es debido a esto que expertos como la terapeuta familiar Mónica Albán sostiene que “ antes de formar un hogar, se converse sobre este tema”. Ella indica que esta es una manera efectiva de prevenir conflictos porque “cada uno expondrá su forma de pensar respecto al manejo de las finanzas, pueden negociar y llegar a acuerdos, evitando desagradables sorpresas”.

Por otro lado, el coach financiero Andrés Mórtola afirma que “muchas parejas dejan a un lado la planificación financiera antes de empezar un matrimonio y como no fuimos enseñados a manejar nuestra economía, al llegar el momento nos encontramos con distintos hábitos financieros que afectan a la pareja”.

Discutir sobre el destino de los ingresos evidencia si el nivel de comunicación en la pareja es efectiva. No existe una fórmula para determinar cuál es la mejor opción, sin embargo, se debe analizar los pro y contras que cada situación provoca. La psicóloga Carolina Peñafiel señala que “la decisión de cuentas juntas o separadas debe salir de los acuerdos, más allá de manejarlo juntos o separados es tener claro cómo se darán los gastos y responsabilidades de cada uno”.

Si bien es cierto, una cuenta conjunta será una manera equitativa de dividir los pagos, se deberá consultar cada compra a realizar con la pareja. Después de todo, es el dinero de ambos ¿no? Y olvídese de sorprender al otro con chocolates o un ramo de flores. Primero que le llegue la sorpresa, es posible que un mensaje de la banca le informe del gasto, arruinando así su plan romántico.

La segunda opción es una cuenta separada. Para algunas parejas esto es una señal de egoísmo, sin embargo, la psicóloga Carolina Peñafiel pide entender que estar casados no los hace uno solo. Mientras que Mórtola insiste en no caer en lo que él llama ‘infidelidad financiera’. Un término para explicar el problema que surge cuando uno de los dos oculta sus ingresos o gasta dinero de algún fondo familiar sin consentimiento previo.

Otro aspecto que se debe tener en cuenta es la planificación financiera. No se trata solo de cubrir los gastos mensuales que se presentan sino que se debe “pensar en la meta que desean alcanzar para realizar un plan a corto, mediano y largo plazo” asevera el coach financiero.

Un matrimonio es un “contrato” y la única manera de sobrellevarlo es mediante concesiones y acuerdos. Queda en usted no permitir que el factor financiero se convierta en una fuente de infelicidad, capaz de destruir una vejez juntos.

Equilibrio: fondo común y cuenta particular

La vida de pareja es una sucesión de acuerdos y el dinero no es la excepción. Todos los expertos consultados coinciden en que la mejor solución es encontrar un punto de equilibrio. Ellos concuerdan en que un fondo común y una cuenta particular para gastos personales es una buena alternativa para este dilema.

La terapeuta familiar Mónica Albán señala que esto es una opción ideal “siempre y cuando la economía lo permita. De ese modo, el fondo común solventaría todo lo concerniente a la familia y las cuentas separadas pueden servir para esos pequeños gustos y necesidades particulares como por ejemplo, ropa, deporte, o ayuda a sus respectivos padres”.

El coach financiero Andrés Mórtola piensa que lo ideal es que en el presupuesto se cuente con los ingresos de ambos. Sin embargo, esto no significa que “de forma individual las parejas no puedan disfrutar de algún capricho o gusto personal”, recalca.