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Iker quiere ser como Christian Noboa

El jugador de la escuela de fútbol que apadrina el crack ecuatoriano quiere convertirse en “el rey de los tiros libres” en el torneo Ciudad de Milagro Copa Diario Extra

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Iker Rodríguez, uno de los cracks del torneo de Milagro.Miguel Laje

Iker Rodríguez Alcívar, a sus 10 años, se ha convertido en el refuerzo de los niños de la categoría sub-14 de la escuela de fútbol Zar Christian Noboa Villa Bonita. Cuando el partido se está poniendo difícil, el profesor Servio Sotomayor hace el cambio y pone a su jugador sorpresa.

Ese es el niño que, a pesar de su estatura y edad, llega para darle un giro al encuentro y hacer que los resultados cambien a favor. “Es un jugador polifuncional. Juega en cualquier posición que lo pongamos y lo hace muy bien”, destaca su entrenador.

Hace cuatro años, cuando la escuela de fútbol se creó en Guayaquil, Iker empezó a jugar fútbol, siguiendo los pasos de su padre, Milton Rodríguez, quien perteneció al Emelec.

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Iker Rodríguez se codea con los más grandes.Miguel Laje

“Lo ponemos como refuerzo y para que coja experiencia. En su categoría, por ejemplo, es goleador. Lleva tres goles marcados hasta ahora y ha asistido en varias ocasiones para que sus compañeros anoten”, resaltó su profesor.

En la cancha, Iker es un “correcaminos”. Marca, defiende, ataca y define. Solo le pueden ganar cuando tiene contacto cuerpo a cuerpo con sus contrincantes y, por su estatura, no puede salir victorioso. Sin embargo, en agilidad y dominio de balón, pocas veces le ganan.

Seguir los pasos de Messi y Cristiano Ronaldo también está entre sus aspiraciones, pero más allá de eso quiere convertirse en un buen medio campista como Christian Noboa. “Me gusta verlo jugar, es mi ídolo en el medio campo. Veo los goles de tiro libre que él hace y quiero ser como él”, dice el estudiante del octavo año de Educación Básica de la Unidad Educativa Capitán Óscar Salas.

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Iker ha demostrado ser un buen compañero deportista, pues también les imparte confianza a sus compañeros al momento de saltar a la cancha. Cuando termina el encuentro se abraza, celebra y demuestra la alegría que siente de jugar al fútbol.

Su profesor está seguro que con el entrenamiento adecuado y disciplina podrá convertirse en un gran futbolista profesional.