La sombra de la muerte habita en la Isla Trinitaria. En este sector ubicado en el sur de Guayaquil, en menos de una semana dos mujeres fueron descuartizadas. La primera víctima fue la colombiana Jessica Calvo, su cuerpo fue hallado el 21 de diciembre; los restos de la otra occisa, quien aún no ha sido reconocida, siguen en el Laboratorio de Criminalística y Ciencias Forenses porteño.

El cadáver de esta fémina, cuyo crimen habría sido motivado por un tema sentimental o por un sacrificio humano, de acuerdo a versión de la Policía, fue encontrado el pasado 27 de diciembre, en la vía Perimetral, dividido en 10 partes (ver infografía).

Para el santero y espiritista Carlos Cevallos, la segunda hipótesis de la Policía es la que se apega más a este macabro hallazgo, afirmando que se trató de una ofrenda humana de alguien que comete actos delictivos y que busca protección del mal.

“Quien cometió el crimen es una persona de mediana edad, se trató de una ofrenda y no es el primer asesinato que comete. Si no lo capturan lo va a seguir haciendo. Este crimen lo premeditó, estudió a la víctima. La chica tenía entre 24 o 26 años. El asesino aún vive en ese sector donde cinco cuadras a la redonda se respira miedo y muerte”, revela el santero.

Sin rastros de la víctima

El mayor Nelson Solís, jefe subrogante del Departamento de Criminalística, indica que las huellas dactilares de la fallecida no constan en la base de la Policía Nacional y que no hay denuncias de personas desaparecidas con las características del cadáver hallado en la vía Perimetral, guardado en mochila y envuelto en sábanas y fundas plásticas.

“Podría tratarse de una extranjera. En nuestra base criminal, donde solo hay registros de personas que hayan estado o estén detenidas o desaparecidas, no hay datos que coincidan con la mujer. Estamos a la espera de un familiar para tener un punto de partida que nos permita la identificación”, manifiesta el mayor de la Policía.

Resalta que de acuerdo a la información recabada por peritos de la Policía, lo que se ha podido confirmar es que el crimen y desmembramiento se registró en un inmueble ubicado a pocas cuadras de donde se hallaron los restos, en la manzana 5-A de la cooperativa Antonio Neumane, en el sector del Trinipuerto.

“Por el momento está determinado el lugar, pero el sitio específico de la casa debe ser puesto a análisis. El asesinato se realizó con arma blanca, la víctima presenta 20 heridas en la región torácica, murió desangrada”.

Explica que este nivel de violencia es conocido con el término overkill, que se utiliza en casos donde se observa gran cantidad de heridas hacia la víctima. “Se denota el grado de violencia y saña con la que se produce el crimen, pudiendo existir una posible relación entre la víctima y el victimario. En este caso pudo existir un vínculo común. En los femicidios casi siempre utilizan arma blanca y el nivel de violencia es superior a lo que se puede ver en otros hechos. Pero también pudo tratarse de un sacrificio”, cita el mayor Solís.

Otra fuente policial reveló a este Diario que, de acuerdo con las pericias realizadas al cadáver, es posible que la mujer haya estado en agonía cuando comenzaron a desmembrarla. “El examen médico legal es el que deberá establecer si fue desmembrada aún con vida. Se actuó con mucha saña y violencia”, afirmó el investigador.

6 familias llegaron a la morgue

Desde el hallazgo del cadáver, seis familias de personas desaparecidas se han acercado al instituto forense para corroborar si los restos pertenecen a su ser querido, revela Fabiola Robalino, jefa de las zonas 5 y 8 del Servicio Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses.

La funcionaria explica que tras el cotejo se corroboró que las huellas dactilares de la víctima no coincidían con los datos otorgados por quienes llegaron a la morgue.

“Los pulpejos de los dedos estaban útiles para hacer el levantamiento de huellas, se ha cotejado con los sistemas policiales dando negativo. Cuando una persona consta en el AFI (Sistema Automatizado de Identificación de Huellas Digitales) de la Policía se puede lograr su identificación de manera automática, porque con el número de cédula se ingresa al visualizador del Registro Civil y se compara, pero si no consta no se puede. Eso de que con huellas dactilares se identifica a una persona solo pasa en televisión, en series o en películas”, afirma.

Manifiesta que la occisa no tiene marcas, cicatrices o huellas particulares como tatuajes, lo que hace más complejo identificarla y que por las características físicas tendría entre 18 a 25 años, edad aproximada a la que citó el espiritista.

“No tiene dañadas las plantas de los pies, es decir, sí usaba zapatos. Es probable que no se trate de una consumidora o fumadora, no es una persona enflaquecida o desnutrida. No tiene pérdida de masa muscular. Existen casos en que los familiares saben del fallecimiento de su pariente, pero no se acercan por represalias o porque no tienen los medios económicos y piensan que este procedimiento tiene algún costo”.

Aclara que en estos casos, por más que una persona indique que se trata de su pariente, antes de entregar el cuerpo, por seguridad, se verifican las huellas dactilares y “se realiza la identificación técnica no subjetiva”.

Finalmente, explica que la identificación no solo se hace por medio de las huellas dactilares, sino también con una ficha antropológica, que consiste en hacer una caracterización de todas las especificaciones físicas del cuerpo de la occisa y en caso de que aparezca un familiar, este se entrevista con el antropólogo para realizar el cotejamiento por medio de la genética forense.

La casa del terror

Aterrada. Así está la dueña de la casa donde se registró el atroz asesinato. “Desde que se descubrió que el crimen se suscitó en uno de los cuartos que alquila en su vivienda de dos plantas, la señora no ha vuelto a la casa. Aún sigue en estado de shock”, contó un morador a EXTRA. Sin embargo, en la planta baja, una pareja y sus hijos aún habitan el inmueble. “No siento miedo, pero sí recelo, desafortunadamente no tenemos otro lugar a donde ir y nos toca quedarnos aquí. El día de los hechos no escuchamos nada”, comentó uno de los residentes.

Horas después del hallazgo, la encargada de alquilar y hacer los cobros a los inquilinos de la casa manifestó que hace un mes el sospechoso y otro sujeto alquilaron el departamento, pero días después la chica también se instaló allí. “Vecinos se quejaron de la bulla, por lo que les pidió que desocuparan el cuarto. Al parecer, venían a consumir droga y alcohol”, habría dicho en aquella ocasión la señora.