Un albergue municipal es el hogar temporal de Luz María Asmal Chaca. La adulta mayor, de 86 años, fue abandonada el lunes 14 de marzo de 2022 en la iglesia San Francisco, en el centro de Guayaquil. Su desamparo conmocionó a la ciudadanía en las redes sociales y en la calle.

A la canillita María Vargas, de 78 años, quien labora cerca de esa parroquia católica, le entristeció la noticia. En su opinión, el Estado debe atender a este grupo poblacional y tener listo un plan de acción para estos casos.

Pero también recalcó que desde la familia debe incentivarse el cariño y la preocupación hacia los ancianos, quienes se esmeraron por los suyos. “Atendí a mis padres y a mis suegros. Siempre viví agradecida con ellos”, dijo.

Para Gerardo Cauja (68) y Walter Checa (69) debe existir una entidad gubernamental exclusiva para la población de la tercera edad, que con frecuencia efectúe censos para conocer la realidad de cada uno.

También comentaron que, actualmente, se vive una crisis de valores en la sociedad, que influye en un desapego hacia los padres y abuelos.

Según un comunicado de la Alcaldía, personas que indicaron conocer a Luz María fueron al albergue y se analiza esta situación para tomar una decisión conveniente a su bienestar.

La octogenaria fue evaluada médicamente y se verificó que padece deterioro cognitivo, hipertensión, diabetes y ceguera.

POBREZA, LA CAUSA

Aldo Guevara, geriatra y gerontólogo, comentó que la escasez económica es la principal razón de los abandonos, pues un adulto mayor requiere medicinas y atenciones costosas.

Además, el especialista refirió que no existe una preparación para la ancianidad. Esto se logra haciendo que convivan niños y jóvenes con sus parientes de la tercera edad, algo que hoy no se da por la brecha digital que los separa.