Desde el viernes pasado 20 de septiembre, veinte personas trabajan para remover los grafitis de iglesias, bolardos, plazas, calles, casas, paredes del Centro Histórico, informó el Municipio de Quito.

Según el informe, dependiendo del bien patrimonial donde se halle el grafiti, toma a los especialistas, entre 60 y 120 minutos por metro cuadrado removerlo. Al momento, la intervención se concentró sobre todo en el eje de la calle Guayaquil, la Plaza Chica y el Palacio de Carondelet.

En este sentido, el Municipio afirmó que hasta fin de año el Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP) destinará un millón de dólares para limpiar al Distrito Metropolitano de Quito de grafitis. La intervención de la primera etapa alcanzará un monto de doscientos cincuenta mil dólares, y en esta etapa se incluyó la limpieza de esta zona.

La limpieza según el rayado es compleja, según el cabildo, ya que si se encuentra en paredes y se ha realizado con pintura de caucho los técnicos, primero obtendrán una muestra del color con la finalidad de preparar la pintura exactamente igual a la original.

Sin embargo, si el grafiti se encuentra en piedra el proceso es más complejo, pues dependerá no solo del tipo de pintura, ( absorbe mucho más la pintura), sino del tipo de piedra en dónde se haya realizado el grafiti, en algunos casos se usará removedor o productos químicos que no afecten la piedra, luego se limpia con cepillo y agua desmineralizada; en tanto que el grafiti de mampostería se retira directamente.

“Los muros, plazas, calles, monumentos expresan lo que somos como ciudad” dijo al respecto, Raúl Codena, Director Ejecutivo del IMP. Agregó que si bien es cierto la diversidad de grafitis recogen la diversidad cultural, no es menos cierto que también reflejan el ambiente político o social del momento.