A veces parecía que el enojo superaba al dolor de los familiares de los fallecidos por la supuesta ineficiencia de la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE). “Cómo es posible que en un lugar tan visible e iluminado y que al frente hay una clínica, no pudieron darse cuenta de los muertos”, increpaba a los vigilantes Isidora Castillo, tía de los fallecidos.

Según la versión del testigo, el accidente habría ocurrido antes de las 03:00 del 18 de diciembre, cuando un auto Chevrolet Veo color vino que iba a Guayaquil, se subió a la acera y atropelló a las dos transeúntes, para finalmente estrellarse contra el cerramiento de una vivienda. Los vigilantes llegaron al sitio casi media hora después (03:30), pese a que el destacamento está ubicado a unos cien metros del lugar del sitio. Los agentes se llevaron el carro , pero no se dieron cuenta que a pocos metros estaban tirados dos cadáveres.

“No es posible que el accidente haya sido a las 03:00 y recién a las 08:00 se den cuenta que había dos cadáveres en la acera”, reclamaba Lorena Castillo, madre de Jennifer de 24 años que fue arrollada junto a su novio Kervin Chichande, a los miembros de la CTE, que también llegaron tarde al lugar del accidente, pero no se dieron cuenta que había dos cadáveres en la acera.

Los cadáveres fueron descubiertos por dos trabajadores mientras limpiaban las aceras de la vía de entrada al cantón. Primero vieron un zapato y al buscar el otro descubrieron los cadáveres estaban separados por unos 10 metros de distancia. Fue entonces cuando actuaron las autoridades.

Media hora después se hizo presente criminalista y retiro los cadáveres. Los familiares se mantienen en la CTE hasta que les den una repuesta sobre el accidente y las dudas que existen sobre el mismo, ya que, el carro causante que atropelló a los jóvenes pertenecería a un policía.