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Violento choque acabó con la vida de un policía
Ocurrió la madrugada de ayer, en el Km. 35 de la vía Yaguachi - Tres Postes.
Producto de un choque frontal entre una moto y una camioneta, el policía en servicio activo Javier Ernesto Vera Torres falleció la madrugada de este 5 de mayo.
El accidente de tránsito, que acabó con la vida de quien estaba haciendo el curso para ascender a cabo segundo de la Policía Nacional, se registró pasadas las 02:40 del domingo, en una zona bastante oscura y despoblada de la vía que conecta a Yaguachi con el recinto Tres Postes.
Según el agente de la Oficina de Investigación de Accidentes de Tránsito, Freddy Parrales, al momento de llegar al lugar de los hechos encontró el cuerpo del policía a un costado de la calzada, sin casco protector y a pocos metros, su moto totalmente destrozada. En el sitio también estaba la camioneta color plomo de placas PSO-0746 con la que se impactó el ahora fallecido y cuyo conductor se dio a la fuga.
Por los indicios encontrados, las primeras hipótesis de los peritos es que el uniformado viajaba desde Yaguachi hacia Tres Postes y la camioneta iba en sentido contrario. Por ahora y ante la falta de testigos, se desconocen las causas que originaron el percance del que Vera Torres no tuvo oportunidad de sobrevivir.
Cerca de las 05:00, el cuerpo del agente de 27 años de edad fue llevado a la morgue de Milagro y, horas más tarde, llegaron sus padres desde Guayaquil.
Era hijo único
Vera Torres era hijo único y hace cuatro años ingresó a las filas policiales. Durante todo ese tiempo estuvo prestando sus servicios en Milagro, Yaguachi y Tres Postes. En este último lugar se había radicado y al momento del accidente, al parecer, retornaba a su departamento después de haber disfrutado de una jornada deportiva.
Pasadas las siete de la mañana de ayer, los padres del fallecido llegaron a la morgue para confirmar lo que les habían informado vía telefónica los compañeros de Javier. Reconocer el cuerpo del joven y ver las heridas causadas por el choque, provocaron escenas de dolor. Ellos prefirieron no hacer ningún tipo de comentarios.
Hasta las 10:00, los deudos permanecían impacientes en los alrededores del camposanto, acompañados de varios uniformados que conocieron al occiso. Todo esto, mientras el médico forense le practicaba la autopsia.
El cuerpo del infortunado joven sería llevado a su natal Guayaquil, para ser despedido en el mismo barrio en el que creció: en la calle 25 y Pancho Segura.