Las 500 libras que pesaba María Luisa Atupaña causaron problemas a los agentes de la Policía Metropolitana de Quito para montarla en la canastilla de rescate.

Aquella camilla debió ser acondicionada con cintas de tela y sábanas para sostener el peso de la mujer, de 53 años, que padecía obesidad mórbida.

La noche del lunes sus allegados pidieron ayuda a los equipos de emergencia para sacar a María de su vivienda, ubicada en el tercer subsuelo de un edificio de Toctiuco, centro de Quito.

Ella sufría un dolor intenso en el pecho debido a una cardiopatía que complicó su estado de salud. A la escena llegaron unos 15 rescatistas para liberar a la señora de la edificación y trasladarla a una casa de salud.

Las tareas de rescate duraron cerca de una hora. “Pese a la situación, ella estaba consciente, aunque muy preocupada”, precisó Christian Rivera, de la Secretaría de Seguridad del Municipio.

Casi al final de la maniobra, la situación se tornó más complicada, debido a que el volumen de la mujer impedía su paso por unas difíciles escalinatas que tenía la infraestructura de la casa.

De esa manera, los policías debieron tomar martillo en mano y tumbar varios centímetros de tres paredes de bloque para sacarla de su vivienda.

“El hueco terminó en la pared de la casa de un vecino. Se necesitaba actuar con urgencia y esa fue la mejor opción”, reveló Rivera.

Sin embargo, cuando María Luisa llegó a la ambulancia tuvo un paro cardíaco y debió ser reanimada por los paramédicos del lugar.

De inmediato, el vehículo se dirigió hasta el hospital Eugenio Espejo, ubicado en el centro de la capital, donde minutos más tarde, la mujer falleció.

Sus familiares estaban destrozados ante la noticia, pese a conocer el delicado estado de María Luisa.

Cuando se suscitó la emergencia, ninguno de sus allegados imaginó necesitar medidas extremas para sacar a la señora de la vivienda.