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Con ADN de amor y fe: Nube Domínguez aún espera que su hija vuelva

La mujer migró en busca del 'sueño americano', pero no han tenido señales de ella desde el 16 de abril de 2021. 

Foto de Sistema Granas (8153986)
ag-periodistasVicente Tagle

Que las mujeres tienen un sexto sentido es cierto. Y más aún si son madres. Eso es indiscutible. Con un pequeño altar donde resaltan dos fotos de su hija Johanna Tapia Domínguez, en medio del Corazón de Jesús, la Virgen de la Nube y el Señor de la Justicia, Nube Domínguez lo demuestra día a día.

Hoy, hace un año y 53 días que le dio el último beso, poco antes de que ella fuera en busca del llamado ‘sueño americano’, pagando 16.000 dólares a unos ‘coyotes’ (traficantes ilegales). Fue el martes 16 de marzo.

Y ya el corazón de madre de Nube se lo advertía. “Yo presiento que te va a pasar algo”, le dijo a su hija, con angustia. “No, mamá. Yo quiero irme para sacarla adelante a usted y que mi papá ya no siga trabajando en esos solazos (en el mercado)”, le respondió la joven. Y se despidió.

Un mes después, el 16 de abril, Johanna realizó su última llamada a su mamita, poco antes de lanzarse a cruzar la frontera desde Ciudad Juárez, en México, hacia la ‘Yoni’. Fue lo último que se supo de Johanna.

Día de las Madres
Johanna Tapia, la mujer que desapareció.Vicente Tagle

Pero el corazón de madre está hecho de amor, de fe, de confianza... es único. Y así como le advirtió sus temores hace un año, Nube Domínguez siente que Johanna, quien el próximo domingo 15 de mayo cumplirá los 34 años, aparecerá.

“Mi corazón siente que mi hija está viva en algún lado. Le pido mucho a Dios que donde esté, me la guarde. Y también le digo a las madres que quieran irse migrando, ellas o sus hijos, de manera ilegal, que lo piensen dos veces, porque lo que yo estoy sufriendo por mi hija no quisiera que ninguna madre lo sufra”, sentencia la mujer agarrando entre sus manos una blusa de Johanna. El cajón con su ropa está intacto, tal como la fe de Nube.

Y aunque hoy esta madre no tendrá la alegría de ver a “la más bulliciosa de la casa”, su amor y su fe son su mayor fortaleza. Porque espera que Johanna vuelva. Porque sabe en su sexto sentido que está viva. Porque, a fin de cuentas, es madre, y una madre siempre espera.