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Diocelina: 101 años acompañando a sus hijos
La mujer, oriunda de Cotopaxi, está muy bien de salud. Sus hijos agradecen su presencia y consejos.
Pese a los 101 años, que Diocelina lleva a cuestas, es una mujer bastante sana.
En sus ojos, la chispa de una vela reflejaba pequeños destellos. Sobre la mesa del comedor familiar, Diocelina Gamboa festejaba sus 101 años con un pastel rodeado de flores.
Sus hijos la abrazaban emocionados y tan “agradecidos con la vida” por disfrutar de la presencia de su madre. Hasta hace seis meses, la mujer vivía en El Corazón, Cotopaxi, junto a uno de sus retoños.
Hoy, una iluminada habitación en la casa de su hija, Corina, se ha convertido en el hogar de Diocelina. “Gracias por venir al festejo y por no olvidarse de mi”, precisó la mujer luego de soplar la velita.
En su juventud, Diocelina procreó seis hijos en su natal Cotopaxi. Entre los infantes nacieron dos pares de gemelos algo que “causó asombro en el recinto”. La hermana de Lola murió durante el alumbramiento, hecho que afectó a la madre.
“En ese tiempo las mujeres daban a luz en la casa y no se pudo hacer más”, relató la señora.
Jorge Places, otro de los hijos de Diocelina, también perdió a su gemelo. Su ‘ñaño’ falleció en un accidente de tránsito cuando tenía 33 años.
La pérdida de sus retoños ha sido difícil para la mujer. Sin embargo, la unión de sus cuatro hijos, siete nietos y tres bisnietos la han llenado de amor y fuerza para continuar.
Su salud
Pese a los 101 años, que Diocelina lleva a cuestas, es una mujer bastante sana. Esa ha sido una de las razones que los médicos han considerado para operarla en las próximas semana.
“Tiene una hernia, pero como está muy sana han decidido intervenirla”, reveló Corina, quien mantiene a su mami con una dieta vegetariana de su invención.
Incluso para la pachanga de cumpleaños, la mujer preparó un festín a base de col, berros, papa, zapallo, chochos, entre otros vegetales.
En una de las meses instaladas para la recepción, Diocelina, “sin ayuda”, comía su alimentos y bebia una limonada, con fruta del huerto familia. “Mi mami extraña mucho su tierra, sacar hierbas y cultivar”, añadió Corina.
La jornada de la centenaria inicia antes del amanecer. Ella prende la radio y con devoción escucha el rezo del rosario, en una emisora local. Luego comparte tiempo en familia y sale a tomar el sol.
“Es una mujer de fe. Ha criado a más de cien niños que noe ran suyos un ejemplo de madre”, concluyó Jorge.