Los insultos y las agresiones se repetían, pero Olga Díaz, de 65 años de edad, se resistía a denunciar a su hijo por maltrato. No quería verlo tras las rejas de un reclusorio. Su amor estaba por encima de las agresiones que sufrió. 

Una de sus hijas se percató que la adulta mayor había sido encerrada por su ñaño en su vivienda, ubicada en las calles Cazadores del Paya y Manuel Zambrano, sur de Ambato en  la provincia de Tungurahua.

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Al ver que su progenitora no respondía las llamadas, su hija fue hasta el domicilio y vio que el inmueble estaba cerrado. La pariente voceó el nombre de su madre y ella respondió con gritos desde el interior. 

Su ‘rescatista’ logró abrir las puertas y Olga le contó con dolor lo sucedido: su hijo Álex llegó borracho, la insultó, la agarró del cabello y la encerró en el dormitorio. A la vez le decía que se “largue de la casa que construyó con su dinero”.

La agresión se dio la noche del domingo 21 de mayo, pero su familiar la encontró la tarde del 22. Animada por su 'salvadora', Olga denunció al agresor con el dolor de su corazón de  madre.

El coronel Danny Cabrera, jefe del Distrito Ambato Sur, manifestó que el individuo se portó agresivo hasta con los agentes, a quienes insultó para evitar que entren a la vivienda. El hombre fue capturado por violencia intrafamiliar.

La psicóloga clínica, Ivonne Vargas, mencionó que en muchos casos la agresión de un hijo hacia sus padres puede estar relacionado con problemas de la salud mental.

“Ningún tipo de maltrato se debe pasar por alto y para romper el ciclo de violencia es fundamental brindar el apoyo psicológico y la educación tanto a las madres como a los hijos y construir relaciones basadas en el amor, respeto y armonía”, agregó Vargas.

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