Un grupo de personas aplaudió a un joven que caminaba con agentes de Criminalística por la calle Rigoberto Heredia, en el norte de Quito, la noche del miércoles.

Él era el testigo clave que podría ayudar a resolver el caso de Luis Cordero, un joven que fue asesinado a golpes el 7 de agosto de 2021, mientras retornaba a su casa.

Con los agentes recrearon la escena en la que el chico habría visto (desde la terraza de su domicilio) cómo el cuerpo agonizante de Cordero era arrojado en la vía desde un taxi.

Durante la reconstrucción de los hechos, aquel joven recordó que la víctima se habría sentado y regresado a ver a ambos lados. Luego se desplomó.

Diego Benítez, abogado de la familia de Cordero, indicó que sin el testigo ocular la investigación del caso estuviese sin resolver. “Es un ángel guardián. Gracias a él llegaremos a los responsables”.

En la diligencia legal también se debía reconstruir la escena en la que la víctima se subió al taxi, en la intersección de las calles Vaca de Castro y Machala. Sin embargo, la mujer que conducía el vehículo y la propietaria del mismo, quienes fueron ubicadas durante la investigación, no aparecieron.

Ante esto, Benítez no se preocupa porque considera que con el testigo ocular tienen la prueba contundente que resolvería el caso.

Durante las próximas semanas, el abogado solicitará a la Fiscalía que se tomen las versiones de otros implicados, una triangulación de llamadas y las pericias de un traumatólogo y neurólogo de la autopsia. “Luego de eso pediremos la formulación de cargos”.

Benítez presume que el joven fue asesinado en el trayecto a su casa y que sus victimarios lo golpearon dentro del taxi. El abogado, según su análisis, señaló que se trataría de una banda organizada que se dedica a robar a las personas que están en estado etílico, “pero esta vez se les pasó de las manos”.

Más detalles 

La conductora del taxi tiene historial delictivo.

El testigo está en el programa de protección de la Fiscalía.

La víctima era futbolista y quería estudiar arquitectura.