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Artesanos de monigotes en Guayaquil: El arte detrás de los 'años viejos'

Creadores de monigotes compartieron detalles sobre precios, diseños, tamaños y sus historias de cómo se convirtieron en artesanos de estas obras

Fabricio Escobar iba por la mitad de sus creaciones dos semanas antes de fin de año.
Fabricio Escobar iba por la mitad de la creación de sus monigotes dos semanas antes de fin de año.Diego Alvarado / EXTRA

Ya huele a camareta y aserrín. Daniel Villalba afina detalles para 'vitrinear' los monigotes que construyó para este fin de año. Su labor de artesano la lleva realizando desde hace 15 años y, cada diciembre, junto con sus hijos y sobrinas con “sangre de artesanos”, se dedica a la elaboración de casi 300 monigotes que exhibe entre Capitán Najera y Guaranda, en el Suburbio de Guayaquil.

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Los mounstruos de papel y cartón que realiza Villalba (40) los puede hacer gracias a que la empresa para la que labora lo ‘acolita’ año a año y le da sus vacaciones en esta temporada. También compartió que sus precios varían, siendo los más grandes, como el de Messi, en 60 dólares, mientras que los más pequeños, como los de Goku y Hello Kitty, en una 10 dólares.

A diferencia de Villalba, Eduardo Salazar, de 31 años, no empezó su trayectoria a los 25, sino a los 8 años de edad. Aquello le permitió conocer cada vez más sobre este arte por lo cual también se dedica, aparte de vender ‘viejos’ de tamaños comunes, a elaborar dos imponentes monigotes de Mario Bros y Bowser que superan los 3,5 metros de largo, en su residencia en las calles 14 y Pedro Pablo Gómez.

Eduardo Salazar junto a los monigotes que creó con casi 3,5 metros de estatura.
Eduardo Salazar junto a los monigotes que creó con casi 3,5 metros de estatura.Diego Alvarado / EXTRA

Las figuras de tamaños comunes, de entre 50 y 150 centímetros, Salazar las vende entre 10 y 60 dólares, con lo cual espera obtener más de $1,500, mientras que las grandes no están a la venta, pero estimó que, en caso de estarlo, su valor sería de 800 dólares.

  • Aquel que 'cierra oficina' para dedicarse a sus 'viejos'

Jacobo Palacios, de 32 años, es un diseñador gráfico independiente que trabaja desde febrero hasta octubre. Fuera de esa temporada, se dedica a la creación de monigotes gigantes, una pasión a la que se dedica desde el año 2009.

En una entrevista con EXTRA, Palacios reveló que también fabrica monigotes bajo pedido, lo cual ayuda a financiar el estructura colosal que hace anualmente. Este año, su proyecto está inspirado en “La Bella y la Bestia”.

Jacobo Palacios protege su obra ‘La bella y la bestia’ con un techo hecho con cañas y fundas. Cruza los dedos para que El Niño no se desate.
Jacobo Palacios protege su obra ‘La bella y la bestia’ con un techo hecho con cañas y fundas. Cruza los dedos para que El Niño no se desate.Diego Alvarado / EXTRA

El artesano Palacios está inmerso en la creación de dicha obra en un espacio adyacente a las calles 15 y Febres Cordero. Dada la magnitud de sus ‘viejos’, que superan los 5 metros de altura, sería prácticamente imposible albergarlos en su domicilio.

A lo largo de las calles Capitán Najera y 6 de marzo, nos encontramos con Fabricio Escobar (45), quien aún esstá en el proceso de finalización de sus casi 200 monigotes. Al respecto, expresó: “Si no se logran vender todos, quedan para el próximo año”.

En Guayaquil, la tradición de los monigotes cobra vida a través de artistas como Daniel Villalba, Eduardo Salazar y Jacobo Palacios. Cada uno aporta su enfoque único, desde la producción masiva de Villalba en el Suburbio porteño hasta la fusión de venta y creación de figuras gigantes de Salazar.

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