Actualidad
Conferencia Episcopal pide que oren por exarzobispo de Cuenca, Luis Luna Tobar
La información de la Conferencia Episcopal se hizo pública la noche del lunes, y eso hizo que los cuencanos se aflijan, pues el sacerdote por su forma de ser y pensar, se ganó el cariño y amor de sus seguidores espirituales especialmente de esta ciuda
“Se apaga la vida de Monseñor Luis Alberto Luna Tobar”, reseña un comunicado oficial de la Conferencia Episcopal del Ecuador (CEE). Y pide “oraciones por él”. Luna es quiteño, tiene 94 años y ‘cuencano’ de corazón, tras 19 años de haber dirigido espiritualmente a la iglesia morlaca desde el arzobispado, cargo que lo asumió un 6 de marzo de 1981.
La información de la Conferencia Episcopal se hizo pública la noche del lunes, y eso hizo que los cuencanos se aflijan, pues el sacerdote por su forma de ser y pensar, se ganó el cariño y amor de sus seguidores espirituales especialmente de esta ciudad.
Fue ‘bautizado’ como el ‘El cura rojo’ ante su posición para dirigir la arquidiócesis de Cuenca. Luna Tobar, torero también, en su juventud, de familia aristocrática de Quito, hasta el año 2000 en que renunció al cargo, se convirtió en la voz de los cuencanos para exigir buenos gobiernos.
“El toro es más honesto de los políticos”, fue una de los tantas frases, que utilizó hace muchos años cuando se refería a los mandatarios, y diputados que a su criterio no estaban en capacidad de dirigir los destinos del país.
“Al mandatario; tiene muchos títulos profesionales, pero le falta el de persona” remataba sus opiniones al referirse a quienes manejaban la vida política del país.
Lo llamaron el ‘Cura Rojo’, según el registro de artículos periodísticos de entre las años de 1980 al 2000, porque polemizó con el conservadorismo cuencano, al sacar de las calles las imágenes religiosas para preservarlas del deterioro, eran las imágenes que durante la Semana Santa en procesión recorrían las calles de la urbe.
Se mostró cauto ante las presuntas apariciones de la Virgen del Cajas y los mensajes de la presunta vidente Patricia Talbot, a quien además persuadió de someterse a un Voto de Silencio. Quedaron prohibidas las celebraciones religiosas en el Jardín del Cajas.
Fue un 17 de marzo de 2000 que Alberto Luna renunció a su cargo. Su paso por Cuenca se mantiene latente, fue su reducto que le cambió la aristocracia quiteña con la que llegó a la capital azuaya, por una causa más humana.
La Conferencia Episcopal pide oraciones por él. Sufre de alzeimer y se halla en la casa del Sagrado Corazón, en Conocoto, Quito.