La única misión de Johnny Édison García Cedeño, de 29 años, era servirle a Dios, alabarlo y glorificar su nombre. Consternadas estaban su hermana y su esposa. No quisieron dar muchos detalles, pero simplificaron que por culpa de la inseguridad le quitaron la vida a su ser querido.

En el Centro Forense de la ciudad de Quevedo, en Los Ríos, a unos 30 minutos de El Empalme, se evidenció el dolor y la tristeza. Entre los allegados del occiso trataban de fortalecerse y solo repetían: “Dios mío, no puede ser”.

Una de las hermanas de la víctima refirió que él, el martes 31 de agosto, estaba en pleno culto de la iglesia evangélica Nombre de Jesús, cuando sus verdugos llegaron para quitarle la vida.

El fallecido, quien era socio de una compañía de taxis, llevaba alrededor de dos años en el camino de Dios, por eso sus familiares consideran que le dispararon por la inseguridad que se vive en el cantón.

Su compañero de trabajo, Jorge Rodríguez, detalló que los martes tenían las reuniones, por eso salió con su esposa a escuchar la palabra de Dios y en pleno culto evangélico “lo cogieron”.

El cuerpo de García cayó con dos impactos de bala, y como tenía signos vitales fue llevado de urgencia al hospital de El Empalme, donde los médicos no pudieron hacer nada por salvarle la vida.

Testigos indicaron que dos sujetos, vestidos con ropa oscura deportiva, bajaron de una motocicleta para atentar contra su vida. El que iba manejando habría sacado un arma de fuego, tipo ametralladora, pero esta no disparó. Sin embargo, el otro sujeto sacó otra arma y le propinó dos disparos que lo dejaron tendido en el suelo.