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¡Le traspasó la mandíbula!
La víctima no habitaba en la zona. Recibió un tiro en el mentón. El proyectil le salió por la parte posterior del cráneo. Los criminales supuestamente se movilizaban en motocicleta.
La última vez que sus familiares lo vieron con vida fue el Día de la Madre, cuando se acercó a visitar a su mamá, en el sur de Guayaquil. Ayer, Éder Fernando Ortiz Sosa, de 28 años, fue asesinado de un balazo en el bloque 6 del sector Paraíso de la Flor, en el noroeste de la ciudad.
El jefe zonal de Criminalística, coronel Christian Rengifo, confirmó que el joven recibió un impacto de proyectil en el mentón y que sufrió una herida de salida en la parte posterior del cráneo.
El hecho se registró aproximadamente a las 03:00. Algunos moradores afirmaron haber escuchado tres disparos, pero en el sitio los agentes no encontraron rastros que confirmaran esa versión. Además, los lugareños sostuvieron que escucharon el sonido de una motocicleta que, al parecer, se alejaba a alta velocidad.
El cadáver quedó tendido en una esquina y cuando los peritos lo revisaron, no hallaron documentos de identidad, pero sí algunos sobres de posibles sustancias estupefacientes, confirmó Rengifo.
Le ‘hacía’ a las drogas
Un joven, quien omitió su identidad por temor a represalias, mencionó que a la víctima la conocía, pero no era su amigo. Lo solía ver en un sector cercano, mientras “consumía drogas”.
Más tarde, eso fue confirmado por Ingrid Pérez, una tía del fallecido, quien explicó que Éder llevaba algunos años en el vicio y que por eso vivía en la calle, pero en Flor de Bastión, no en el lugar donde ocurrió el crimen.
Ella también comentó que los investigadores le explicaron que el hecho aún estaba en investigación y que todavía no había detenidos por la muerte.
Además, Pérez expresó que su sobrino era soltero y reiteró que la última vez que su familia lo vio fue en la casa de su mamá, quien la mañana de ayer aún no se enteraba del suceso, pues los allegados temían que sufriera una afectación grave con la noticia, porque la señora es hipertensa.
Éder tiene un hermano, quien habita en el sur de la ciudad. “Yo vine a reconocerlo porque de los familiares soy la que vive cerca”, dijo Pérez.
Los agentes entrevistaron a algunos moradores para recabar información, pero no informaron las posibles causas del crimen. (SCM)