Uno de los amigos de su hijo, Diego Alexander Alvarado Guerrero, tocó insistentemente la puerta de su casa a la 01:00 de ayer. Minutos antes, Sonia Guerrero había escuchado varias detonaciones que la levantaron asustada de la cama.

Al abrir para ver quién era, el joven, con la voz entrecortada, le dijo: “Señora, le dispararon al Gato”, sobrenombre con el que familiares y amigos conocían a Diego, de 23 años.

La angustiada mujer salió corriendo de su hogar, avanzó varias cuadras y desde lejos observó que uno de los cuerpos que estaba sobre la calzada era el de su muchacho.

El otro cadáver correspondía a Brugner Joan Santana Garrido, el amigo con el que su hijo platicaba cuando fue atacado por dos sujetos que llegaron a bordo de un vehículo plomo, sin placa.

El doble crimen ocurrió frente a la manzana T-36 de la cooperativa Gallegos Lara, en el norte de Guayaquil.

Según información policial, en el momento en que fueron atacados, los dos jóvenes se encontraban comiendo en la vereda. La madre de Diego Alexander aseguró que su hijo fue asesinado por equivocación y que el chico salió de su hogar para dejar unas llaves a una amiga. Los fallecidos no registran antecedentes penales y vivían a escasas cuadras de donde los balearon.

Bajado a ‘plomo’

Dos horas antes de este doble asesinato, en las calles 46, entre Oriente y Callejón Parra (suburbio) fue asesinado Ángel David Farías Paredes, de 22 años. La víctima viajaba en una tricimoto.

La esposa del fallecido reveló a la Policía que salieron de su domicilio a comprar sustancias sujetas a fiscalización, para su consumo, cuando fueron interceptados por cuatro sujetos que iban a bordo de un vehículo negro, sin placa, desde donde le dispararon a su conviviente. (AEB)