Eran las 17:15 del 14 febrero de 2024. Nelly (nombre protegido), de 23 años, iba caminando hacia su casa, en la calle Miguel Chopeya, sur de Quito, cuando -de repente- un perro de color café con motas blancas escapó de una vivienda y corrió hacia ella.

El animal de raza mestiza, pero del tamaño de un Golden retriever, se abalanzó a la joven abogada. Directo a la nalga derecha. Le clavó los colmillos y, luego, se fue.

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Entre gritos y lágrimas, Nelly pedía auxilio. Fue entonces cuando su mamá, de la casa aledaña, salió con un palo. Pero ya era tarde. Las heridas de Nelly sangraban y ella, adolorida, pedía que la llevaran a una clínica cercana.

¿Cuánto cuesta la mordida de un perro?

Al llegar, el médico la revisó y notó que, a pesar de que las heridas no eran profundas, la cicatrización tardaría más de dos semanas.

Pero no es todo. Según Nelly, hasta el momento ha gastado aproximadamente 100 dólares en medicación, gasas y consultas médicas. Tendrá que tomar antibióticos, desinflamantes y analgésicos.

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Hasta el momento, la joven víctima no ha denunciado, ya que el dueño del animal ha optado por cubrir todos los gastos.

Pero la Ordenanza Metropolitana 128, en su artículo 4, establece que los animales domésticos que hayan causado lesiones a personas u otros animales, así como todos aquellos sospechosos de sufrir rabia o que padezcan otras enfermedades transmisibles al hombre, serán sometidos inmediatamente a reconocimiento sanitario, a costa del dueño o poseedor del animal.

Nelly concluye que el perro que la atacó posee todas las vacunas. Sin embargo, es necesaria una vacuna contra tétanos y hacerle un seguimiento al animal para descartar cualquier otra enfermedad.

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