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Por ataques armados, las casas de salud también se han vuelto del terror

Trabajadores de la salud están preocupados por estos casos en unidades médicas. Ministerio de Salud identificó 18 hospitales bajo riesgo de violencia

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En el hospital Abel Gilbert, en el suburbio de Guayaquil, asesinaron a un hombre el pasado 2 de marzo.Álex Lima / EXTRA

No pasó del susto. Quienes trabajan en el hospital Abel Gilbert, en el suburbio de Guayaquil, se alarmaron el jueves 9 de marzo de 2023 por una alerta de individuos armados dentro. Sin embargo, luego de una inspección, policías no los encontraron. El rumor revivió la angustia del 2 de marzo de este año, cuando dos sicarios ingresaron a matar a balazos a Marvin Maximiliano Vergara San Martín en la habitación 443.

El ‘paniqueo’ en las casas asistenciales del país cogió ‘vuelo’ con ese y otros hechos, como la toma de rehenes en un hospital de Chone (Manabí), en noviembre de 2022. O el ingreso violento de hombres con armas al hospital Gustavo Domínguez (Santo Domingo de los Tsáchilas), en octubre de ese mismo año.

ATIENDEN CON MIEDO

El área de emergencia del centro de salud tipo C Las Palmas, en Esmeraldas, fue blanco de ataque de bandas al menos en cinco ocasiones en 2022. Edwin Arroyo, presidente del Colegio de Médicos de Esmeraldas, indica que esta casa de salud es la que más atentados sufrió desde el inicio de la ola de violencia que sacude a la provincia, en la que desde el 3 de marzo rige un estado de excepción de 60 días.

En el cuarto piso de esta casa de salud fue asesinado Marvin Vergara San Martín.

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“Hace pocos días nos amenazaron con poner una bomba en cualquiera de los carros de los funcionarios. Muchos colegas han sido objeto de extorsión, unos se han ido, otros han arreglado su situación y otros cuantos presentaron denuncia en la Fiscalía”, explica.

Una enfermera, quien pidió no ser identificada, asegura que cuando llega una víctima de alguna balacera pasan momentos de zozobra, porque si no van los gatilleros a rematar al herido, son los familiares quienes arman ‘pito’.

En enero pasado, una muchedumbre llevó a un baleado al centro de salud y, para exigir celeridad en la atención, intimidaron a los médicos con armas de fuego, golpearon a dos guardias, dañaron una computadora, un escritorio y se llevaron una camilla, que luego fue recuperada.

Un médico que prefirió mantener la reserva de su identidad, comenta que en el disturbio, “el personal y los pacientes optaron por correr hacia el ECU 911, que está a pocos pasos, y refugiarse ahí para proteger su integridad”.

ACCIONES Y CRITERIOS 

El temor no es una reacción exagerada de quienes trabajan en los centros médicos. Los casos antes descritos demuestran el peligro que corren. ¿Pero qué estrategias existen ante tales circunstancias de riesgo? El Ministerio de Salud respondió a EXTRA que existe un plan de aseguramiento de las operaciones sanitarias ante situaciones de violencia, que comprende tres ejes de actuación.

El primero es un perfil de seguridad de las operaciones sanitarias, que implica un análisis de forma periódica sobre la situación de seguridad de las unidades de salud, con el objetivo de priorizar las zonas de intervención en función del nivel de riesgo detectado.

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El segundo es la reducción del nivel de vulnerabilidad ante situaciones de violencia en las zonas prioritarias de intervención detectadas en el punto anterior. Para ello, los establecimientos críticos son evaluados en cuanto a su infraestructura, herramientas tecnológicas, capacidad del talento humano y otras variables que indican el nivel de vulnerabilidad.

El hospital Gustavo Domínguez (Santo Domingo de los Tsáchilas) fue estructurado como piloto de establecimiento resiliente a la violencia.

Luego, conforme a estándares internacionales, se realizan recomendaciones para estructurar un plan de intervención que será ejecutado en el transcurso del año.

El tercer punto es la respuesta a situaciones de violencia. En simultáneo a la ejecución de los planes de intervención, se diseñó un protocolo interinstitucional para gestionar este riesgo, denominado Código Plata. Esta estrategia, que tiene cobertura nacional, articula a los prestadores del Sistema Nacional de Salud con los organismos de seguridad, en especial, con la Policía y el Sistema Integrado de Seguridad ECU 911.

Su aplicación permite una detección temprana de una situación de violencia y activa a las entidades de seguridad para una reacción rápida, para proteger al personal, usuarios e infraestructura.

El Código Plata rige desde el 26 de enero de 2023. Su creación es una clara señal de que la violencia se volvió un problema en los establecimientos sanitarios que se quiere erradicar.

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Mario Pazmiño, exdirector de Inteligencia del Ejército y experto en seguridad, precisamente refiere que cada unidad médica tiene que contar con una normativa de seguridad interna para evitar este tipo de situaciones. “Esas normativas deben estar establecidas en el plan de seguridad que debe tener la institución”, explica.

Recalca que las acciones también deben ser fuera de los hospitales, como la ejecución de patrullajes en las zonas cercanas. Otra medida es el resguardo policial de las instituciones de salud en donde se interne a víctimas de balaceras.

“No se había dado antes (tiroteos en hospitales), pero generalmente se espera que se dé para recién tomar acciones. Eso es contrario en el tema de seguridad, en el que primero se tiene que prever”, recalca.

A través de una cooperación internacional se formaron 30 evaluadores de seguridad en entidades de salud ante la violencia.

El doctor y máster Wilson Tenorio, presidente de la Federación Médica Ecuatoriana, recuerda que anteriormente solicitaron que los heridos de bala sean atendidos en hospitales policiales o de las Fuerzas Armadas, por el riesgo que implica. Pero el ministerio aclara que la derivación de pacientes se realiza en función del requerimiento de capacidad de resolución de la afección del usuario y la situación geográfica.

Tenorio hace hincapié en que debe haber más inversión en seguridad a los hospitales. Opina que hay que contemplar y analizar que los guardias tengan armas.

Finalmente, expresa la necesidad de identificar de urgencia las zonas críticas. El ministerio determinó que hay 18 hospitales con mayor incidencia de violencia en Esmeraldas, Manabí, Guayas, El Oro, Los Ríos, Santa Elena, Santo Domingo de los Tsáchilas y Pichincha.