Baleada por no dejarse robar

Anny Bazán, Guayaquil

Faltaban solo 30 metros para llegar a su casa, pero una bala se le cruzó en el camino. El estruendo del disparo que recibió Julia Piedra San Martín, alertó a sus vecinos. Cuando llegaron, su cuerpo yacía sobre la calzada de la manzana C-5, en La Atarazana, norte de Guayaquil, ‘bañada’ en su propia sangre.

Según su vecino Tony Cruz, minutos antes de que el hecho terminara con su vida, la señora había salido de una agencia bancaria y tomó un colectivo para llegar a su vivienda. “La vecina llevaba un dinero que había sacado del banco y -al parecer- un hombre que vio sus movimientos se embarcó en el mismo bus, manteniendo contacto con un tipo que seguía al micro en una motocicleta”, relató el morador.