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En Quito: ¡Al borde del abismo!
Los taludes se han llevado parte de los terrenos en la quebrada Carretas. La intervención no está en el presupuesto de este año del Municipio.
Los vecinos de Puertas del Sol, barrio ubicado en el norte de Quito, crearon el colectivo Vigilantes de la Quebrada Carretas para hacerse escuchar, pues sienten que cada vez están más cerca de un abismo de 38 metros de profundidad.
La preocupación es mayor debido a las lluvias que han caído en las últimas semanas; sin embargo, no es un problema reciente. “Ya estamos en esto unos 20 años”, dice Estefanía Pabón, representante de la agrupación.
Desde 1996, los moradores han visto como cada año los taludes se llevan más metros de sus terrenos, dejando a las bases de las viviendas prácticamente al aire. En total son unos 20 metros que se han deslizado hacia la quebrada durante todo este tiempo.
A lo largo de la pendiente hay 100 predios que corren peligro. En cada uno viven de dos a tres familias.
Antes no había río
Los moradores han hecho varios plantones para llamar la atención de las autoridades. “Uno de los problemas es el fuerte caudal del río, tenemos hasta una cascada dentro de la quebrada”, agrega la dirigente.
Pero ese caudal también lleva olores nauseabundos a los hogares de Puertas del Sol.
Relatan que cuando empezaron a construir, la quebrada era angosta, tanto así que los vecinos se cruzaban de un lado a otro sobre palos o una tubería.
“Si hubiéramos visto el panorama de ahora no nos habríamos arriesgado a vivir aquí”, dice Estefanía Pabón.
Además, el levantamiento de más urbanizaciones en la parte alta de Carapungo contribuyó aparentemente al aumento del caudal, ya que las aguas negras caen hacia la hondonada, según los moradores.
Las respuestas
Los oficios para solucionar la caída se han enviado desde hace 15 años y el colectivo retomó las diligencias con el Municipio de Quito desde hace ocho meses. “Nos han dicho que somos ilegales, que no respetamos el retiro (espacio junto a la quebrada), pero no ha pasado nada de eso”, explica Pabón.
Desde el cabildo, según cuenta, también les dijeron que los ocupantes de los 100 predios serían reubicados, pero ellos quieren la intervención de los taludes y el embaulamiento del río.
“No es lógico, no es justo. Ellos (Municipio) no nos van a dar lo que cuestan las casas”, espeta Demérita, otra moradora del sector.
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Para ellos, las inversiones de construcción no han sido pocas, pues a lo largo de décadas han hecho trabajos de mejoramiento, incluso endeudándose. Y dicen que no estarán conformes con casas de menor valor o más pequeñas.
Adrián Haro, gerente de la Empresa Pública Metropolitana de Logística para la Seguridad, explica que en el presupuesto de 2021 no se contempla la intervención de esta quebrada. “Para ello, Gestión de Riesgos debe hacer un informe y disponer los trabajos”, comenta.
En los informes debería determinarse si se tratan de predios públicos o privados, la calidad del suelo y establecer un plan de acción a largo plazo. “Este tipo de trabajos requiere de planificación, aunque si se trata de una emergencia el proceso sería diferente”, agrega.
Mientras tanto los vecinos siguen contabilizando las cuarteaduras de las casas junto a la quebrada.