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Diario Extra Ecuador

Ciudad

Guayaquil: con menos ventas ambulantes hay más 'chance' de caminar por la bahía

El desalojo de vendedores informales en ese sector recibe críticas y aplausos. Unos informales se camuflan, otros han optado por irse

En varias veredas de la bahía están colocados letreros municipales que prohíben la presencia de los informales.

En varias veredas de la bahía están colocados letreros municipales que prohíben la presencia de los informales.Romina Almeida /EXTRA

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Romina Almeida

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Manuel Chuquimarca, de 81 años, está sorprendido porque vuelve a caminar holgadamente por las veredas del sector de la bahía, sitio en el que desde el 5 de agosto se iniciaron los operativos de recuperación y orden en este espacio céntrico de Guayaquil.

Las redadas las realiza el Cuerpo de Agentes de Control Metropolitano (Cuacme), en conjunto con la Policía Nacional y la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM). El fin es combatir la informalidad, la cual es considerada competencia desleal por los 4.300 comerciantes formales del lugar.

“Estoy de acuerdo con la medida, pues antes no venía para acá por las aglomeraciones, por el coronavirus. Ahora se puede comprar tranquilo. Y los ladrones ya no tienen chance de arranchar carteras o celulares”, opina el octogenario.

Las aceras de las calles Olmedo, Huancavilca, Ayacucho, Chile, entre otras, están despejadas, pero algunos vendedores ambulantes se las ingenian para ‘medio vender’.

Ya no vocean, pero ‘en corto’ les ofrecen a los transeúntes sus mercaderías, que incluyen mascarillas, cotonetes, pantalonetas, zapatillas y más.

Llevan sus productos en maletas o fundas, ‘amagando’ ser compradores. Claudia (50) dice que no lo hace por ‘sabida’ o ‘desleal’, sino porque está desempleada. “Antes yo me hacía unos 15 dólares diarios, ahora solo 5. No me queda otra que venir con mi hija para ver si entre las dos reunimos el dinero para comer y pagar el alquiler. Yo mantengo a mi familia”, dice preocupada.

Con sus ventas, Solís mantiene a sus nietos. Y tiene una deuda que cancelar por la mercadería que ofrece.

Callejear más o viajar

Javier Solís (46) por más de 15 años vendió ropa interior y pantalonetas en la calle. De los 50 dólares que se hacía, hoy solo alcanza a reunir 10 ‘latas’. Actualmente tiene que callejear más. Camina unas siete horas por varios mercados, se da una vuelta por la 9 de Octubre y llega hasta el hospital Luis Vernaza. Termina molido y extraña su ‘huequito’ en la calle Chimborazo y Olmedo.

“Los que hicieron el despelote fueron los venezolanos. Ellos les daban los 10 dólares a los metropolitanos y, como pagaban, se sentían dueños de las calles. Sus ‘puestos’ eran casi almacenes y al lado estaban sus familiares y amigos. Uno no les podía decir nada porque te caían en manada. Por ellos pagamos todos”, se queja el vendedor informal.

Solís cuenta que algunos compañeros se han ido a la avenida Calderón, en el Guasmo Sur; otros se han desplazado a la avenida Malecón, a la 9 de Octubre, los alrededores del Mercado Central. Sin embargo, en su mayoría han optado por viajar a cantones cercanos. “Vamos a las ferias, pero eso representa otro billete, para el pasaje y comida. Y existe la posibilidad de que nos puedan robar. Nos urge la ayuda de la alcaldesa. Yo no sé nada sobre algún tipo de acuerdo o conversaciones con nosotros”, concluye el comerciante.

EXTRA solicitó una entrevista con algún vocero del Municipio para saber si han mantenido conversaciones con los informales y conocer sobre una posible reubicación, pero respondieron con boletines de prensa que incluían otro tipo de información.

"Desde que se fueron los informales vendemos un poco más, porque la gente recorre y se han reducido los arranchones porque ya no hay aglomeraciones”.Hernán Morocho, comerciante regularizado

Por las calles de la bahía se pueden ver agentes municipales, policías y miembros de la ATM.

“Yo mantenía a mi madre. Ahora ni camuflado se puede, te ven con bolso y te molestan los agentes. Alcaldesa, nuestra familia también come”.Roberto Salavarría, vendedor ambulante

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