El deceso de Jimmy Guamán, miembro de los Granaderos de Tarqui en Carondelet, hizo que sus allegados le ofrendaran sentidas condolencias en sus redes sociales. Pero hubo una que llamó la atención tras determinarse que el cabo del Ejército se habría suicidado.

“No los dejes solos... si ves a alguien triste, bríndale un minuto de tu tiempo”, escribió una allegada a pocas horas de la muerte. ¿Pero qué pudo motivar esta decisión?

Guamán tenía 33 años y era oriundo de la parroquia Taquil, de Loja. Según la Judicatura, el uniformado no tenía antecedentes penales, aunque en sus registros hay dos juicios de alimentos.

Pero sus publicaciones digitales sí dan pistas de que estaba triste. En una en especial que usó como imagen principal de su perfil de Facebook, se lee en letras blancas con fondo negro: “Cuando esté feliz, pondré mi foto”.

Un chequeo riguroso

Franklin Tinajero, psicólogo forense, especifica que estas señales debían analizarse, porque era evidente el trastorno depresivo por el que Guamán estaba pasando. “Eso debió haberse detectado, de una manera oportuna, por los entes de salud ocupacional, de la institución y del Estado”, dijo el experto.

Y es por ello que no habría sido tan complicado, a su criterio, identificar a esta persona con inclinaciones suicidas. “Se debe practicar lo que se conoce como autopsia psicológica, que es una técnica para conocer la situación en la que estaba este señor, si tenía problemas de pareja, sus condiciones sociales, entre otras cosas, que pudieron detonar su muerte”.

Según Tinajero, alguien que tenga un puesto como el de Guamán y que padezca un trastorno psicológico que lo empuje al suicidio, sí podría representar un riesgo incluso para las personas que lo rodean en su labor.

¿Amenaza o no?

Sin embargo, para Paco Moncayo, general en servicio pasivo de las Fuerzas Armadas (FF. AA.), alguien que ya tenga esas intenciones no será una amenaza para el presidente o para los demás.

El oficial jubilado indicó que en las FF. AA. es obligatorio hacerse un examen médico cada año y en este se incluye un chequeo psicológico. Moncayo cree que por los estigmas que todavía hay en la sociedad ecuatoriana referente a la salud mental, Guamán no manifestó nada de los problemas que habría tenido

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