El único detenido por la desaparición del ingeniero en Telecomunicaciones Hernán Mendoza es el taxista Franklin Álvarez.

El joven, de 30 años, fue visto por última vez con un amigo, la noche del 26 de enero de 2024. Juntos salieron a tomar unas cervezas en el sector de La Pradera, en el norte de la capital.

La Fiscalía demostró que, además de que el procesado es una de las últimas personas que mantuvo contacto con Mendoza, también habría participado en el posible robo de dinero de la víctima a través de su tarjeta de débito.

Según las investigaciones, en el teléfono del sospechoso se encontraron mensajes que evidencian que este solicitó el código de la tarjeta para retirar 260 dólares, en el sur de Quito, la madrugada del 27 de enero.

Más indicios

En el celular de Álvarez también se encontró que este tenía relación con las dos personas con las que se subieron a su taxi junto a Mendoza y su amigo. De hecho, uno de ellos sería familiar directo porque comprobaron que tienen los mismos apellidos del taxista. La Fiscalía los llamó a comparecer, pero hasta el cierre de esta edición no lo han hecho.

El amigo del desaparecido contó a la Policía que uno de ellos fue quien le dio el vaso con cerveza que le hizo perder el conocimiento.

La teoría que manejan los investigadores es que Álvarez, junto con los dos sujetos que todavía no aparecen, “presuntamente le privaron de la libertad de manera ilegal, lo retuvieron, lo trasladaron y lo desaparecen al ciudadano (Hernán Mendoza)”.

Para comprobar esta hipótesis, el fiscal del caso presentó más de 30 pruebas entre las que constan grabaciones de cámaras de seguridad, informe de registros telefónicos, reportes de la entidad financiera donde tenía el dinero la víctima, versión de una chica que confirmó que Mendoza y Álvarez estaban con los dos amigos del taxista, informe de la inspección al vehículo del detenido, entre otros.

Otras medidas

El juez que conoció la causa dispuso prisión preventiva para Álvarez y la Fiscalía tendrá 90 días para recabar todos los elementos que permitan llevar a juicio al sospechoso.

Además, a petición de la defensa de la víctima, se ordenó la medida de protección para la madre y la hermana de Mendoza, mientras dure la investigación. También recibirán tratamiento psicológico.

La ñaña del ingeniero viajó desde Chile, donde radica, para ayudar en el caso. Ella ha liderado varias búsquedas por las quebradas que rodean Guápulo, sector en el que encontraron al amigo de Mendoza, quien tenía señales de haber recibido algún tipo de sustancia como la escopolamina. 

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