Kléver Aguirre, entrenador de una cancha de fútbol y residente de la cooperativa Ana María de Olmedo, junto con otras seis personas, entre adolescentes y adultos, pudieron escuchar la voz de Mariana Mendieta, exalcaldesa de Durán, a las 09:00 del jueves 5, poco antes de la hora en la que fue secuestrada.

Ella salió de su vivienda con su esposo a bordo de su vehículo y, desde la ventana, alcanzó a preguntarles “¿y cómo está la cancha?”. El interés de la exfuncionaria por aquella obra era notable pues, según Kléver, habría sido promovida por ella y se encuentra justo frente a su hogar.

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Aguirre alcanzó a responder que “todo bien” porque estaba ocupado haciendo arreglos en el espacio deportivo y todo fue ‘al vuelo’. “Un ratito después nos enteramos de que la habían secuestrado en los locales que estaba construyendo en un lugar cercano (avenida Jaime Nebot Velasco). Fue como un balde de agua fría porque la acabábamos de ver y ahora nos preocupa”, manifestó.

La rutina de Mariana solía ser esa. Salir a saludar a quienes estuvieran en la cancha, pasear con sus dos perros y cuidar de las tantas plantas que ubicó en la entrada de su casa, entre ellas limoneros, palmeras, azucenas y la conocida lengua de suegra.

Sin embargo, Adela, nombre protegido de otra vecina, notó que el lunes 2, al salir a dar una vuelta en su portal, Mariana tenía cara de “acongojada”. “Parecía que estaba contrariada. Quién sabe si presentía que iba a pasar algo”, dijo a EXTRA. 

Algunos de los moradores, según Cejita (como le decía Mariana a Kléver), han mostrado intranquilidad por lo que ha sucedido con la mujer de 67 años. “Hay que considerar que es una madre y vecina. Nos entristece no conocer nada de ella”, señaló Flor, quien paseaba a su bebé en un coche.

Aunque ellos aseguraron que la residencia de Mendieta parecía estar vacía desde ayer, uno de sus hijos, Dalton Narváez, quien también presidió el Cabildo de Durán, indicó a este Diario que todo está en manos de la Policía Nacional, ya que “si mi mamá está viva todavía hay opciones de rescatarla”.

No escucharon nada

Por otro lado, para los comerciantes que se ubican en los alrededores del lugar donde fue secuestrada Mariana Mendieta es un misterio cómo sucedió el hecho, pues “no hubo ni un solo ruido de alerta”, comentó el propietario de un negocio.

Su esposa relató que ellos estaban ocupados a la hora en la que reportaron lo sucedido. “Cada quien estaba en lo suyo. Ni nos dimos cuenta, pero un policía vino después de unas horas y cuestionó que ‘cómo es que no habíamos visto nada’”.

Pero para sus vecinos el rumor de que la habrían seguido desde su domicilio tomó fuerza cuando alguien del sector los alertó de la presencia de dos extraños en una esquina de la zona. “Nos levantaron sospechas, pero pensamos que eran personas que esperaban a alguien más”, detalló Kléver Aguirre.

Hasta el cierre de esta edición, casi 24 horas después del rapto, la Policía Nacional no había emitido ningún comunicado con información actualizada del caso.

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