Miguel Toapanta llegó caminando hasta el Hospital IESS Quito Sur, pero luego de ser analizado por los médicos tuvo que ser ingresado al área de emergencias en una silla de ruedas.

Él fue diagnosticado con COVID-19 y se estaba quedando sin oxígeno. Su hermana Martha lo esperaba afuera. Temía que no volviera a salir.

La semana pasada, el cadáver de su padre salió de la misma casa de salud en una carroza fúnebre para ser cremado, y no quiere que eso pase con Miguel. En total, cinco personas se han contagiado en la familia Toapanta.

El virus todavía no se ha ido de la capital. Es más, está ganando terreno entre la población y cada vez se vuelve más peligroso, dice Víctor Álvarez, presidente del Colegio de Médicos de Pichincha (CMP).

Al inicio de la pandemia Quito registraba el 6 % de contagios a nivel nacional. Sin embargo, en la actualidad es el 35 por ciento, según las cifras que maneja este gremio.

Esto se debe a dos factores, según Álvarez. El primer aspecto es la indisciplina de un grupo de personas, que para el médico no son todas. En segundo lugar, habla de la falsa sensación de seguridad que las autoridades sanitarias emiten en sus pronunciamientos.

“Ese mensaje de una supuesta tranquilidad provoca que ese grupo reacio de la población se relaje más”, manifestó.

SE LLENAN DE NUEVO

Si bien en septiembre y octubre disminuyó la atención de pacientes con sospecha de COVID, ahora las casas de salud vuelven a saturarse. En el IESS Quito Sur, establecimiento que atiende a más del 80 % de contagiados en Pichincha, ya no existe espacio en las áreas de hospitalización y hay 10 personas a la espera de un lugar en cuidados intensivos.

Francisco Mora, coordinador de epidemiología del hospital, señaló que tendrán que habilitar las áreas que estaban destinadas para altas hospitalarias y atender en esas zonas a quienes requieran hospitalización.

Por esta razón, Martha Toapanta recomienda a la ciudadanía que no le pierda el miedo al virus, ni que lo tome a broma. Ella también estuvo contagiada y comentó que “no es fácil convivir con esa cosa”.

Asimismo, Álvarez indicó que debemos unirnos todos para combatir el virus, en vista de que Quito concentra el 32,27 % de los pacientes que dieron positivo a escala nacional.

LOS PACIENTES SIGUEN LLEGANDO

Marcos ya se contagió de coronavirus. Sin embargo, la mañana de ayer fue hasta el Hospital Carlos Andrade Marín, en el centro-norte de Quito, para que le revisaran la vista. 

Él comentó que el virus le dejó secuelas. Ya no puede ver bien con el ojo izquierdo. Su esposa lo acompañó y desde afuera del hospital le daba ánimos para que no decayera. Ella tenía miedo de que su pareja se contagie de nuevo por estar en el hospital.