El diagnóstico y pronto resultado de las pruebas PCR para detectar si una persona tiene COVID-19 es determinante en esta etapa de la pandemia en la capital, dijo el epidemiólogo Daniel Simancas.

Eso se debe a que este fin de semana y el próximo podría haber un incremento de personas contagiadas con el virus. Sería el resultado de la flexibilización de las medidas en el feriado del 10 de Agosto.

Ante esta situación, el experto recomendó a las autoridades realizar más pruebas a la ciudadanía y enfocarse en las personas que se movilizan, como los comerciantes, conductores y trabajadores.

Además, Simancas señaló que los test que se realizan a pacientes que estuvieron hospitalizados con el coronavirus en los siguientes 21 días son en vano, porque en ese período el paciente no tendría la suficiente carga viral para dar positivo, o podría ser asintomático.

En la capital, según la Secretaría de Salud del Municipio, existe un 30 % de positividad en las muestras. De las 32.579 realizadas hasta el 21 de agosto, 9.500 revelaron el virus. En las primeras semanas de junio, este indicador estaba en 5 %.

Sin embargo, Linda Guamán, coordinadora de dicha entidad, señaló que gran parte de la positividad en esas pruebas se debe a que la mayoría son del Hospital IESS Quito Sur, donde casi todas las personas que llegan con síntomas respiratorios están infectadas con COVID-19.

Por esa razón, el Municipio capitalino firmó un convenio con un laboratorio privado para efectuar 1.250 pruebas diarias. Estas se sumarían a las 800 que se realizan en los laboratorios de la Universidad Central, la UTE y el IESS Quito Sur.

Guamán enfatizó que estas muestras tendrán dos objetivos. El primero es detectar en los puntos de triaje de la capital a quienes hayan tenido contacto con algún paciente con COVID, hacerles la prueba y aislarlos de inmediato. Los resultados deberán ser entregados en máximo dos días.

El otro punto es llevar a cabo pruebas aleatorias a la ciudadanía en general, porque del total de pacientes que dieron positivo al test, el 30 % de ellos eran asintomáticos.