“Yo fui padre y madre para mis hijos”. ¿Has escuchado esta frase? En algunos hogares ha sido así por diversos factores, tales como el abandono de la pareja, su fallecimiento, la traición o sencillamente porque la mujer eligió criar sola a su descendencia.

La fémina se habría ‘fajado’ económica, moral y afectivamente sola. Y es de aplaudir, pero cuando se dice la frase desde la amargura, le causa daño a quien la expresa, incluso hay repercusiones en el cuerpo, manifiesta la psicóloga Verónica Fonseca.

“Con el tiempo se dan dolores en el estómago, el corazón y hasta en los intestinos”, señala experta en salud mental. Si la madre aún no supera el abandono, la pérdida o el engaño y no ha madurado al respecto de ello, hablará y actuará desde el dolor, precisa la psicóloga clínica Lizbeth Lascano.

(Te invitamos a leer: ¿El hincha, te hincha? La obsesión por el fútbol trae problemas a la relación)

“No estaría nada bien que cuando le hable al chico sea desde este sentimiento negativo. En varios casos, estos niños se sienten culpables de la ausencia del padre, lo que provoca que crezcan con resentimientos y con autoestima baja.

Si no crecen con su padre al lado, igual es necesaria la figura paterna, por eso es importante que ese rol lo pueda asumir un abuelo, un compadre, un tío, o incluso la nueva pareja, en caso de tenerla.

“En la etapa de identificación que tiene el menor se irá preguntando: ¿por qué los demás tienen un padre y yo no? El ingreso a la etapa escolar es donde más se hace notoria la ausencia del padre”, menciona Lascano.

La especialista sostiene que el vástago, aunque no lo diga, sí le afecta; es más, hasta hay casos en los que los menores de edad son inscritos con los apellidos de sus madres.

Es allí cuando hay que decirles quién es su papá y por qué no está con él, sin caer en achaques o inventar historias que no son ciertas. 

1. Error: no decirle nada a tus hijos porque son pequeños. Hay esa creencia errónea, las personas piensan que ellos no van a entender por su corta edad. Pilas, que la omisión también puede ser un engaño. A partir de los tres a cinco años, los infantes empiezan a hacer todo tipo de preguntas. Ese es el mejor momento para explicar por qué su padre no está junto a él o por qué no es posible verlo, y en este punto será vital una buena comunicación con el pequeño y decir la verdad.

2. Habla con un pariente masculino para que trate algunos temas con tu muchacho. Por ejemplo, cuando el vástago tenga interrogantes sobre diversos temas que es preferible tratarlos entre varones. Que este familiar le dé consejos y lo guíe.

3. No te quejes delante de tus hijos por ser madre soltera. Tus vástagos tendrán la idea de que la crianza ha sido un sacrificio para ti y no un acto de amor, y esa no debería ser la idea a proyectar. No caigas en victimizaciones o en una sobrevaloración.

4. Siempre procura la comunicación 3A: Activa, asertiva y afectiva. Asertiva significa siempre a tiempo, saber escuchar. Afectiva es poner los cinco sentidos en los sentimientos y emociones. Activa es constante y perseverante. 

¿Quieres seguir leyendo contenido de más calidad? Suscríbete aquí.