Este domingo 11 de mayo, en un evento histórico que no se repetía desde hace más de un siglo, se abrió al público el sepulcro de Santa Teresa de Jesús en el Convento de la Anunciación, en Alba de Tormes, Salamanca. La ceremonia, organizada por la Orden de los Carmelitas Descalzos, comenzó a las 09:00 y fue presidida por el obispo de Salamanca, José Luis Retana. El acto reunió a autoridades eclesiásticas y civiles en un momento cargado de simbolismo para la tradición católica.

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La última vez que los restos de la santa fueron expuestos fue en 1914, con un antecedente previo en 1760. En esta ocasión, los fieles tendrán hasta el 25 de mayo para venerar sus reliquias, en lo que se considera un tributo excepcional a una de las figuras más influyentes del misticismo cristiano y de la literatura española.

Un Cuerpo con Historia

Santa Teresa de Jesús, fundadora de la Orden de las Carmelitas Descalzas y figura clave de la Contrarreforma, falleció el 15 de octubre de 1582 y fue enterrada de manera apresurada en el convento que ella misma había fundado en Alba de Tormes. Según la tradición, no fue embalsamada, lo que añade un matiz místico a la historia de sus restos. Nueve meses después, en julio de 1583, las monjas del convento solicitaron inspeccionar el cuerpo, encontrándolo en un estado de conservación que desde entonces ha sido interpretado por algunos fieles como un signo de santidad.

Sin embargo, la historia de su cuerpo es compleja. Teresa fue enterrada en tres ocasiones y sus restos fueron fragmentados para crear reliquias, una práctica común en la Iglesia católica para preservar y venerar los cuerpos de santos. De su cuerpo se separaron el corazón, el brazo, una muela y, notablemente, su mano izquierda, que pasó varios años en posesión del dictador Francisco Franco, lo que generó polémica y alimentó leyendas en torno a la figura de la santa.

Entre la Devoción y la Controversia

La exhibición actual no ha estado exenta de críticas. Aunque para muchos creyentes representa una oportunidad de conexión espiritual con la santa, en redes sociales no han faltado las voces que cuestionan la exposición de sus restos, con algunos usuarios respondiendo con ironía y memes. Para otros, sin embargo, este es un momento de profunda reflexión y devoción.

El evento, además de ser una expresión de fe, resalta el desafío de equilibrar el respeto a la memoria de figuras religiosas con las sensibilidades contemporáneas, un tema que sigue generando debate en la sociedad actual.

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