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“Cuiden a mi hija porque me voy a morir”

Yenny Granados aún no asimila el dolor. La última vez que vio a su compañera de trabajo Johanna Zambrano, el pasado martes, la notó enferma, se quejaba de dolor en las piernas. Le dijo que había sufrido una caída, pero era mentira. La joven falleció el jueves último debido a supuesto ‘retoque’ estético al que se sometió en un gabinete de belleza, ubicado en el centro de General Villamil Playas.
Johanna, de 25 años, tenía solo tres meses laborando en la boletería de una cooperativa de transporte de este balneario guayasense. “Cuiden a mi hija porque me voy a morir”, le dijo la joven a su madre, mientras estuvo internada en una casa de salud.
Los mensajes que Johanna se enviaba con una amiga, a través de su celular, permitieron a sus familiares enterarse lo que le había sucedido, luego de que un transexual le inyectara en as piernas, aparentemente, biopolímeros.
En sus últimos datos, la joven le informó a una allegada que se sentía mal, que le quemaban las piernas. Decía tener síntomas como de asfixia.
Pero lo que más indignaba a Mirian Cornejo, tía de la víctima, es la respuesta que recibió Johanna, por parte de la amiga con la que chateaba: “la belleza cuesta y duele”.