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La escopolamina, el arma para robar carros
Así operaban los miembros de una supuesta organización delictiva, que robaba vehículos en Tungurahua, Santo Domingo de los Tsáchilas y Quito.

Referencial
Los sospechosos se acercaban a los vehículos que robarían. Si estaban adentro los conductores, los individuos usaban escopolamina, los adormecían y, los ‘choros’, se hacían pasar por falsos pasajeros.
Así operaban los miembros de una supuesta organización delictiva, que robaba vehículos en Tungurahua, Santo Domingo de los Tsáchilas y Quito. Diez de los presuntos integrantes fueron aprehendidos, en el sur de la capital, durante 13 allanamientos.
Durante tres meses, los investigadores dieron seguimiento a los supuestos miembros. Ellos vendían lo robado, amparados en documentos falsificados que avalaban la adquisición. Para ello, hacían trámites para que los papeles estuvieran en regla.
Por eso, las autoridades indagan si dentro del grupo también estaban involucrados funcionarios públicos, encargados en estos papeleos.
Como evidencia, los uniformados encontraron 40 licencias de conducir, 48 cédulas de identidad, más de cien contratos de compra y venta de vehículos.
Ramiro Ortega, director nacional de la Policía Judicial (PJ), explicó que muchas veces es complicado saber si el auto a adquirirse es robado. Esto porque los ladrones alteran, tanto el número de chasis como de motor.
El oficial recomendó que se recurra a los agentes de la PJ, quienes están especializados en analizar la validez y legalidad de un determinado automotor.
“Tenemos también presencia en las ferias vehiculares, donde nos pueden contactar”, especificó.