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Blanca dedicó su premio a la protagonista de su reportaje.Christian Vasconez

“Dios nos manda ayuda para aliviar el dolor, y Blanquita fue esa ayuda”

Periodista de EXPRESO ganó el Gran Premio Jorge Mantilla. Ella escribió sobre el hallazgo del cadáver de un hombre, desaparecido durante la emergencia

No la ve como a una periodista. Rita Baque ve a Blanca Moncada como parte de su propia familia, como a una hermana. La protagonista del reportaje ‘Al fin tenemos dónde ir a llorarlo’, que le otorgó a Blanca el Gran Premio Jorge Mantilla al mejor trabajo periodístico del 2020, hasta la mañana de ayer no sabía nada del galardón.

Le dice Blanquita, usando ese diminutivo que se pronuncia con el corazón para quienes están dentro de él. No la recuerda como periodista, sino como la persona que más la ayudó durante el proceso de recuperación del cadáver de su esposo, que fue uno de los que se descompusieron apilados en contenedores durante el pico más alto de la emergencia sanitaria por la COVID-19.

“Ella ganó un premio por visibilizar su historia”, le anunciaron por teléfono. Hubo un silencio corto, como si tratase de recordar las palabras que Blanca usó para retratar su dolor en el reportaje publicado el 20 de junio de 2020.

“Ella supo transmitir todo lo que estaba sintiendo, contar todo lo que muchos sufrimos, porque no fui solo yo. Pero en mi caso, sé que Dios nos manda ayuda para que no sintamos tanto dolor, y yo siento que Blanquita fue esa ayuda. Con ella me sentí más confiada para aplacar ese dolor tan fuerte que tuve”, recordó emocionada.

Una emoción que sentimos todos en Granasa, editora de EXPRESO y EXTRA. Luego de la ceremonia de premiación, realizada la noche del pasado miércoles en una transmisión en vivo, Blanca confesó que más que periodismo, se apersonó de ese caso, acompañó a Rita hasta su paz, representada en la sepultura del cadáver de su esposo desaparecido por cuatro meses.

Blanca representó eso para Rita. Esas manos que aparecerían para ayudar a tapar los enormes huecos que dejaron las autoridades durante la pandemia. Representó lo que hizo el periodismo, que reveló que las cifras de fallecidos no eran exactas, además de los sobreprecios en la compra de insumos, los cadáveres descomponiéndose en casas...

Representó esas manos que se apretaron fuerte para no dejarse caer en la desidia de quienes tenían que ayudarnos. Manos como las de Karen Toro, Desireé Yépez y Marlon Puertas, también premiados con el Mantilla por sus trabajos durante la pandemia.

En un país en el que soltaron cucarachas y las dejaron correr por un pavimento repleto de lágrimas, de desesperación, de angustia, de hambre y de cadáveres, para muchos periodistas fue difícil dar un paso sin que sus suelas pisaran la suciedad.

Ha sido un año en el que, mientras muchos se resguardaban en sus casas, el periodismo estuvo en la calle. Profesión que dejó 25 vidas en la calle o, en términos de guerra, vidas que se perdieron en el campo de batalla, peleando. Entre ellas, la de nuestro compañero Omar Paredes.

Y esos flashes, grabaciones, voces y letras, como las de Blanca Moncada, servirán para que esta historia de terror no se olvide y, ojalá, no se repita.