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Durán, atrapado por microtraficantes y consumidores, vive: ¡La ‘epidemia’ de la droga!

Adictos temen más a ‘la mona’ que al peligro de la calle. Un hombre murió al caer de un poste donde robaba cables para venderlos y comprar su ‘vicio’

Vanessa recorre las calles de Durán buscando cables para extraer cobre y venderlo. Tiene diez años consumiendo H.
Vanessa recorre las calles de Durán buscando cables para extraer cobre y venderlo. Tiene diez años consumiendo H.Miguel Canales

En zapatillas, con sus pies polvosos y vistiendo un traje blanco desgastado, Vanessa recorre a diario varias calles empedradas del cantón Durán. En su trayecto, sus manos sostienen una hoja de afeitar y dos pedazos de cable. Los acerca a su boca y dientes, que enseguida se convierten en armas afiladas con los que extrae el cobre que está dentro del cordón.

Su estado de somnolencia, su extrema delgadez, el color de las uñas de sus manos, su descuido personal y los movimientos descoordinados no permiten que pase inadvertida. Hacen visible su adicción a las drogas.

Vanessa tiene 23 años, pero aparenta más edad. Con pesar, recuerda que hace diez días uno de sus ‘panas’ de vicio falleció tras caer de una altura de 10 metros.

La chica lleva en sus manos un pedazo de afeitar y dos pedazos de cable.
La chica lleva en sus manos un pedazo de afeitar y dos pedazos de cable.Miguel Canales

Su intención, al parecer, era robar parte del cableado eléctrico para extraer el cobre y luego venderlo. Por eso subió al poste de alumbrado público.

“A la víctima lo conocían con el alias de El Gato. Cuando subió al poste llevaba guantes y estaba acompañado de otro indigente. Le encontramos un alicate, al parecer se electrocutó y la descarga provocó que cayera al piso”, sostuvo el subteniente Marlon Vaca, del circuito Divino Niño.

Vanessa reconoce los peligros que representa el robo de los cables de electricidad, pero asegura que esto no la asusta, más le teme a ‘la mona’, los efectos que aparecen en el adicto cuando está en el período de abstinencia.

Cada dosis de H me cuesta tres dólares, necesito tres sobres diarios. Los compró en el cerro Las Cabras”.Vanessa,
consumidora de H

“Cuando dejo de consumir me duele la cabeza, me dan náuseas. Es como una epidemia, necesito drogarme”, sostiene la muchacha.

Juan Camilo, otro joven adicto a las sustancias psicotrópicas, recorre las calles de este cantón guayasense.
Juan Camilo, otro joven adicto a las sustancias psicotrópicas, recorre las calles de este cantón guayasense.Miguel Canales

Confiesa que desde el 2011 consume la droga conocida como H (compuesta por heroína, cafeína y diltiazem), que el “producto” la atrapa y que por una “jalada” no le importa arriesgar hasta su vida.

“El cable lo consigo de los desperdicios o los tomo de las viviendas, más bien me lo robo. Luego extraigo el cobre, acumulo una libra y lo vendo”, cuenta sin reparos.

Admite que a diario acumula entre tres a cuatro libras del elemento metálico y con el dinero que consigue vendiéndolo tiene para comprar las tres dosis de H que consume a diario.

En las calles de Durán viven de 200 a 300 hacheros. Estas personas roban cables para extraer cobre y comprar la droga”.William Calle,
Jefe policial de Durán

“Cada sobre cuesta tres dólares, lo compró en el cerro Las Cabras, allí lo vende cualquiera; a los expendedores solo los conozco por sus apodos”, expresa la chica.

Al igual que Vanessa, Juan Camilo, otro joven adicto a las sustancias psicotrópicas, recorre las calles de este cantón guayasense. Lo hace con un saco en sus hombros. En el costal guarda cartones, envases plásticos y los cables que recoge de entre los desperdicios.

os hacheritos se toman los parques de Durán. Policía realiza controles para retirarlos de estos espacios públicos.
os hacheritos se toman los parques de Durán. Policía realiza controles para retirarlos de estos espacios públicos.Miguel Canales

El chico, de 18 años, revela que es adicto a la marihuana y a la H, que las escasas monedas que obtiene de la venta de estos materiales las utiliza para comprar los alimentos y el alucinógeno que lo pone a ‘volar’.

“Tengo dos años consumiendo, los sobres me cuestan un dólar. Es una adicción que no he podido dejar por más que he intentado”, expresa.

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Se multiplica su valor

​La H es la droga de los zombis


​El coronel William Calle, jefe del distrito Durán, explica que un kilo de heroína cuesta siete mil dólares y que al ser mezclado con otras sustancias se obtiene la H.

Sostiene que de cada bloque sacan más de 30 mil dosis y que estos sobres valen tres dólares. “A los narcos les queda una ganancia de más de 50 mil dólares. Esta es la droga de los zombis, porque así caminan estas personas cuando están drogadas”, sostiene.

El coronel Calle también indica que el kilo de cocaína vale 2.500 dólares, pero que al ser combinado con otros elementos se puede obtener hasta 10 mil dosis y una ganancia que supera los 10 mil dólares.