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Un hombre estuvo en el área verde por varios días, pero ya fue retirado del lugar.Gustavo Guamán y Cortesía / EXTRA

¡No más ‘aero-popó’!

Usuarios denuncian presencia de basura y heces en el desaparecido aeropuerto Mariscal Sucre. Piden mayor cuidado y conciencia ciudadana.

Donde alguna vez funcionó el Aeropuerto Internacional Mariscal Sucre de Quito, ahora es un inmenso parque de 105 hectáreas. Pero ‘no todo es color de rosa’.

En estos tiempos nuevos, los usuarios van allí a montar bicicleta, hacer ejercicio, pasear, o respirar un poco de aire fresco en medio de la contaminación urbana y, entre otras actividades, pasear a sus mascotas.

Un detalle: La experiencia puede tornarse desagradable cuando se encuentran desde heces humanas hasta de animales durante el paseo.

Afectada

Claudia es usuaria asidua de estas instalaciones. Hace unos días se sorprendió al ver el triste panorama. “El olor era muy fuerte. Es lamentable porque el césped también está alto”, dijo la afectada.

El administrador de este parque, Marco Lluccha, afirmó que la conservación del lugar es complejo y necesita planificarse. “Para el mantenimiento del parque se divide en cuatro segmentos en los que se realiza el mantenimiento cíclicamente. Como las manecillas del reloj”, informó el funcionario.

Debido a la extensión del parque el mantenimiento tarda dos meses en reiniciar en cada uno de los segmentos. “Es por eso que cuando volvemos a empezar las hierbas están crecidas”, explicó.

Según Luccha, la presencia de heces humanas no ha sido reportada por los guardabosques o personal de limpieza, sin embargo, presume que la presencia de indigentes en el sitio podría ser una causa.

“Me niego a creer que algún usuario haga algo así, cuando hay seis baterías sanitarias”, sostuvo. Comentó que descubrieron un habitante de la calle viviendo en el parque que causaba molestias eventualmente.

El hombre tenía, aparentemente, problemas psicológicos y no podía comunicarse bien. “Era alguien del mercado de La Ofelia que desperdigaba la basura de los puntos de recolección”, dijo. A la persona se la obligó a abandonar el sitio.

Desperdicios de animales son un problema

El morador del sector, Patricio Lazo, contó que las heces de los perros que son paseados en el parque también afectan. Por ejemplo, impiden que la gente haga sus ejercicios en el césped. “Uno debe andar con cuidado de no pisar”, afirmó.

En ello concuerda la visitante Gloria Cedeño: “Están los letreros de que hay que traer fundas para recoger el popó, pero la gente hace caso omiso”, sostuvo.

Marco Lluccha aseguró que es un tema difícil, a pesar de las campañas para el manejo de estos desechos. La ciudadanía no ha respondido favorablemente. “Es un asunto cultural respetar el espacio del otro”, reiteró.