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Los animales silvestres huyen de los humanos
Las cifras son alarmantes, hasta agosto del 2017 se reportaron 2.941 casos. Ellos fueron atacados, domesticados o heridos. La Fundación Zoológica del Ecuador reporta un caso diario.
La Fundación Zoológica del Ecuador se encarga de la rehabilitación de estos animales.
Aún con los ojos tímidos y huyendo de la presencia humana, un oso hormiguero bebé espera por retornar a su hábitat natural. Según Andrés Ortega, miembro del Instituto Tueri, Fondo de Ayuda para la Fauna Silvestre, un grupo de niños habría encontrado al animalito en la parte urbana de San Miguel de los Bancos, en la provincia de Pichincha.
“El osito había estado abandonado y los chicos con la ayuda de sus padres hicieron la denuncia al Ministerio del Ambiente y ellos lo remitieron al Instituto”, comentó Andrés. La primera sospecha es que alguien capturó a la madre y dejaron a la cría, que se presume que habría logrado destetarse. “Quizá estas personas, al no poder cuidar al osito, lo abandonaron”.
Por ahora, el animalito lleva una dieta especial que incluye aminoácidos como la taurina, vitamina K y alta cantidad de proteínas para alcanzar sus necesidades nutritivas. “El oso come principalmente termitas y hormigas, entonces debemos suplirlas lo más correctamente posible, porque no acepta cualquier papilla”, comentó el rescatista.
Sin embargo, aún deben evaluar el comportamiento y salud del animal para introducirlo a su hábitat natural. Esto requerirá de consultas con expertos internacionales. Mientras tanto, se mantiene con una nodriza que lo alimenta cada dos o tres horas. Los expertos se muestran optimistas, puesto que ya muestra habilidades para alimentarse solo y tiene la fuerza suficiente para ello.
Comercio ilegal
El tráfico de animales es la causa principal para que la fauna silvestre tenga que ser rescatada. Servicio que también brinda el Zoológico de Guayllabamba que en el último año recibió a más de un animal por día.
“Las principales razones por las cuales los animales llegan al zoológico, a través de la Unidad de Protección al Medio Ambiente de la Policía Nacional, es porque han sido víctimas de tráfico de vida silvestre o han sido ‘mascotizados’, manifestó Martín Bustamante, director de la Fundación Zoológica del Ecuador y del Zoológico de Quito en Guayllabamba.
Producto de esto reciben maltrato, como golpes, disparos y atropellamientos. Entonces cuando llegan les brindan atención veterinaria y rehabilitación para que puedan volver a su espacio natural. Sin embargo, no todos tienen la misma suerte.
“Tenemos loras que al ver seres humanos hablan o hacen sonidos para comunicarse con ellos. Esto les imposibilita regresar a su medio natural”, sostuvo Bustamante. También mencionó que existen aves rapaces que han perdido un ojo por bala, o una parte de las alas, por ejemplificar algunos casos.
Las cifras
En 2016 se decomisaron a nivel nacional 2.211 animales vivos, entre ellos 434 aves, 132 mamíferos, 303 reptiles. Asimismo, fueron parte del mercado ilegal grandes lotes de insectos y otros invertebrados (1.342 especímenes).
Para el 2017 se reportó que hasta agosto se incautaron 2.941 animales, más que en los años previos. En el zoológico de Guayllabamba llegaron 369 ejemplares de los cuales 89 fueron liberados. Entre ellos estuvieron 81 tortugas de cuatro especies diferentes, 69 loras y guacamayos, 31 zarigüeyas, 28 quilicos y 13 monos de cinco especies diferentes.
Lo cultural
Para Andrés Ortega, en los pueblos pequeños es casi normal tener fauna silvestre como mascotas. “Los comuneros crean estatus a través de la tenencia de mascotas. No conocen la ley, aunque eso no los exime de culpa”, recalcó.
Por otro lado, Bustamante aseveró que el problema del tráfico de especies es grande y que se registran más casos que en otros años, pero es porque “la gente se atreve a denunciar o a entregar a los animales que no son mascotas”, concluyó.
Otro de los problemas que existe es la expansión de los poblados y ciudades a espacios que antes eran los hogares de estos animales. Es el caso de los osos de anteojos, uno de sus últimos refugios son los bosques de la vía Calacalí-Los Bancos que, desde hace un par de años, vienen siendo talados en varios sectores, lo que se puede observar desde la carretera.
Al perder su hábitat estos animales bajan a buscar comida, donde se los ha podido observar, además de otras especies. Allí son atrapados o cazados.
Concienciación
El zoológico cuenta con tres veterinarios, una bióloga y 14 zoocuidadores que se encargan de la salud, alimentación y limpieza de los huéspedes. Además cuentan con un programa que inició en 2017, en el que se comparten las experiencias del cautiverio con los ciudadanos. Estas charlas se realizan los sábados y domingos a las 11:30, aunque también se extienden a instituciones o colegios que las requieran.
La ley y la biodiversidad
Según el artículo 247 del Código Integral Penal (COIP), la cacería, pesca, captura, recolección, comercialización y tráfico de animales y vida silvestre se consideran delitos, así como las prácticas de apropiación indebida de la biodiversidad que pueden ser sancionadas desde uno hasta tres años de cárcel.
En el Código Orgánico Ambiental que entrará en vigencia el próximo 12 de abril, que establece en su artículo 35: “Conservar a las especies de vida silvestre en su hábitat natural prohibiendo su extracción, salvo las consideradas para la investigación, repoblación de especies con cualquier tipo de amenaza”.