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Diario Extra Ecuador

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Ecuatoriana que vacacionaba en México se cayó misteriosamente de un piso 11

Diana Menéndez disfrutaba de un viaje, cuando se precipitó inesperadamente durante una reunión de amigos.

Una de las fotos de Diana en su viaje final.

Una de las fotos de Diana en su viaje final.Cortesía

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El segundo paseo de la guayaquileña Diana Leonor Menéndez Martillo en México acabó en una tragedia. La mujer cayó desde el balcón de un cuarto en una hostería y perdió la vida inesperadamente. Su familia, sumida en la tristeza, anhela recaudar el dinero necesario para retirar el cadáver del país azteca.

El deceso de la mujer, de 37 años, fue el martes pasado, a las 08:00. Ella estaba hospedada en la habitación 1020 del hotel Fiesta Americana, ubicado en la ciudad de Acapulco, en el estado de Guerrero, contó su prima Estefanía Martillo.

Diana, licenciada en terapia física, estaba radicada en el condado de Queens, en Nueva York (Estados Unidos) desde hace 15 años. Cuatro días antes de su muerte alistó maletas junto a sus compañeros de labores en un hospital de la zona hacia tierras aztecas en plan de turismo.

Últimos momentos de vida

Estefanía comentó que la ‘princesa’, como cariñosamente llamaba su madre a Diana, se había ido de ‘farra’ ese día en la madrugada. Luego de la juerga se fue a bañar y al salir de la ducha quiso asomarse en el balcón del dormitorio para ver la imponente vista de la paradisiaca playa mexicana.

“En el momento en el que Diana se arrima a la ventana estaba con sueño y se tambaleaba. Al parecer se quedó dormida y ahí fue cuando se había caído”, explicó la allegada.

La treintañera se desplomó hacia el jardín del sitio de hospedaje, desde el piso 11 donde estaba situado el aposento. Su fallecimiento fue instantáneo. A Menéndez, quien era madre de tres hijos, la taparon con la misma toalla con la que minutos antes se había secado tras ducharse.

A uno de los colegas de oficio de Menéndez, quien se encontraba en la habitación con ella y otros amigos, se le tomó la versión de lo acontecido, refirió la parienta. La allegada mencionó desconocer si su prima sufrió algún problema médico antes de su caída.

Los paramédicos que acudieron a prestar servicio en la emergencia determinaron que la ecuatoriana tenía varias lesiones en el cuerpo.

En la casa donde la terapista se crió, en las calles Medardo Ángel Silva y la 20 en el Puerto Principal, la noticia de su fallecimiento estremeció a los suyos a las 11:30 (hora de Ecuador). A través de una llamada, la progenitora de la occisa les comunicó lo impensable.

“¡Murió la princesa!”, fue la frase que apenas atinó a decir la apenada madre. Estefanía y el resto de la parentela luego pudieron saber más detalles de lo ocurrido con otra comunicación telefónica del cónyuge de Diana, quien se desplazó a México para iniciar los trámites de retiro del cuerpo.

La familia ahora enfrenta otra brutal realidad, pues el costo de trasladar los restos de la terapista bordea los 20.000 dólares, monto que sus seres queridos no tienen. Por ello hacen una campaña de recolección de dinero en redes sociales. Incluso la mayor de los tres hijos de la difunta, una joven de 18 años, ha colocado un anuncio en una página de donaciones.

“Nunca estamos preparados para lo inesperado, solo podemos avanzar. Ella brindaba una sonrisa cálida a cualquier extraño, parientes, amigos y personas que la conocieron”, dice el inicio del mensaje.

Los familiares tienen pensado llevar el cuerpo de Diana hacia Estados Unidos para el velorio y posterior sepelio, pues es allá donde ella residía con sus vástagos, su madre y su pareja.

Alma gitana

En un momento de consternación, el ligero consuelo de los allegados es que Diana acabó su existencia en su ‘salsa’. La fémina era una amante de los viajes. “Vas a ver, voy a recorrer todo el mundo”, recuerda Estefanía que en alguna ocasión le dijo su prima.

Aquel espíritu aventurero la llevó por los destinos más apetecidos del planeta, como Dubái, Egipto, París, entre otros.

Una de sus últimas publicaciones en su cuenta de Facebook la hizo desde Acapulco, al pie del mar. En un pequeño vídeo de ocho segundos se la observa bailando feliz en la orilla de la playa.

Menéndez tenía previsto arribar en octubre a su natal Guayaquil. En ese mes su abuela será operada en uno de sus ojos y Diana quería estar presente para aquella ocasión, pues ella ayudaba con parte de los gastos médicos de la adulta mayor.

En tierras ‘gringas’, la guayaquileña se ganó el cariño de muchos. En el año 2018, por ejemplo, la mujer participó en un concurso de belleza denominado Miss Señora Latina, competencia en la cual fue electa como Miss Simpatía.

“Mi prima era bien alegre y carismática. Siempre nos levantaba el ánimo”, describió Estefanía.

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