“El agua brotaba del suelo como una pileta”

Miguel González, Muisne (Esmeraldas)
Camina despacio y señala las grietas entre los adoquines de la calle Vicente Rocafuerte. Jimmy Palomino es uno de los pocos ‘valientes’ que aún circulan por ese sector del parque central de Muisne, en Esmeraldas.
Alcanza a describir que allí la tierra está como “gelatina” y que los surcos que se formaron en esa vía por las dos réplicas de 6.8 grados que sacudieron a su provincia el pasado miércoles les hacen temer que ese cantón se está hundiendo.
Bajo los bordillos de las aceras en la plaza céntrica había agujeros por los cuales, según el muisneño, de 43 años, salió agua tras el primer sismo ocurrido en la madrugada. Pero el líquido no provenía de ninguna alcantarilla, dijo Palomino.
“Brotaba del suelo como una pileta”, detalló el hombre, quien explicó que este problema surgió con el terremoto del pasado 16 de abril, pero también se manifestó en las réplicas.
“Esto no ha pasado anteriormente. La tierra está como gelatina por el movimiento. Si continúa así, posiblemente puede hundirse”, conjeturaba el ciudadano ensimismado.
También indica que de debajo de los adoquines ha emanado arena, que ahora se acumula en montículo a lo largo de la calle.
Los movimientos de tierra han incrementado el temor en los isleños, pues antes padecían por las inundaciones, sobre todo por los aguajes, explicó Eduardo Proaño, alcalde de Muisne.