“El bebé estaba frío, pensé que había muerto”

Ariana Almeida Martínez, Quito
Mary Potosí está más tranquila luego de haber traído al mundo a su tercer hijo en un criadero de aves. Esta anecdótica situación, a más de revivirla con algo de dolor por el parto, le preocupa porque necesita ayuda para alimentar y vestir a su bebé, ya que su situación económica es crítica.
Ella es colombiana y como muchos de sus compatriotas llegó al país “huyendo de la guerrilla”, cuando tenía 18 años. “Acá conocí a mi esposo, él había salido del Valle del Cauca por la misma situación”.
Explica que al principio fue difícil. Tardó “un buen tiempo” en obtener el carné de refugiada y una florícola del lugar le dio trabajo a la pareja. En los últimos meses, la mujer, de 26 años, laboró medio tiempo, debido a su estado.
“La economía y a veces el descuido hicieron que no me haga controles. Pensé que tenía ocho meses. No sabía que me tocaba dar a luz”, detalló.
Mary recuerda que se levantó a las 07:00, el pasado jueves. Hacía frío y la neblina cubría los alrededores de la vivienda que arrienda en Cayambe, nororiente de Pichincha.
Desayunó para luego realizar los quehaceres de la casa. Sin importarle el cansancio que el embarazo le provocaba cruzó el patio para dirigirse al galpón, donde cría una docena de pollos.
Aquella mañana, mientras limpiaba el criadero, levantó una tina de agua y sintió un fuerte dolor en su estómago. Un mareo la ‘golpeó’ desde la parte posterior de su cabeza y la fuente rota se derramó entre sus piernas.