Andrea Mejía, su esposo y su hija salieron a las 08:00 de su casa, en el sector de La Chala, en el suroeste de Guayaquil, para votar en este domingo de elecciones. La primera en sufragar fue ella.

La mujer comentó que, entre dirigirse hacia su lugar de votación y lograr depositar su voto en las urnas, se tardó tres horas. Recién a las 11:00 pudo desocuparse de su obligación cívica.

"A donde mi esposo le tocaba llegamos como a las 13:00 y salimos como a las 15:30. Había mucha gente. Nos hacían entrar de 15 en 15 y eso también hizo lento todo", mencionó la madre de familia.

Luego de que su cónyuge culminara la votación se trasladaron a la Universidad Laica Vicente Rocafuerte, en donde finalmente debía sufragar su hija, de 16 años. Llegaron faltando unos 5 minutos antes de las 17:00, la hora límite para cumplir con el proceso electoral.

"Ella pudo alcanzar, por suerte en ese instante de la tarde ya las filas estaban menos concurridas", contó.

Una tónica similar vivió Anderson Franco, a quien le tocó convencer a quienes le debían receptar el voto, pues llegó justo a la hora tope. Él debió trasladarse desde el Paraíso de la Flor hasta el centro de estudios superiores, resultando también afectado por el pesado tráfico.